La degeneración macular es una enfermedad neurodegenerativa que afecta a las células de la parte de la retina llamada mácula, lo que puede producir una pérdida progresiva de la visión central. La degeneración macular seca es el tipo más común y no resulta discapacitante, mientras que la degeneración macular húmeda es más rápida y puede producir una pérdida de visión importante.
Tratamiento para la degeneración macular húmeda
Los tratamientos actuales para la degeneración macular húmeda son las inyecciones intravítreas, que se realizan en quirófano en sala limpia o arco estéril. Antes de la inyección, se desinfectan los párpados y el ojo y se aplica anestesia en gotas para que el paciente no sienta ninguna molestia durante el procedimiento. El procedimiento se realiza con una aguja muy fina, es indoloro y rápido (alrededor de 5 minutos).
Es importante que la inyección sea realizada por un oftalmólogo especialista para garantizar los mejores resultados y evitar complicaciones. El paciente puede presentar algunos efectos secundarios pasajeros, como enrojecimiento ocular, sensación de arenilla o cuerpo extraño, una pequeña hemorragia en el punto de la inyección, visión de moscas volantes o visión de manchas negras que se mueven.
Cuidados después de la intervención
Después de la intervención, es importante seguir algunos cuidados, como no tocarse los ojos ni frotarse, utilizar gafas de sol para evitar la luz directa, aplicar las gotas recetadas por el médico según las instrucciones y asistir a las revisiones periódicas con el oftalmólogo para controlar la evolución de la enfermedad.
Prevención y factores de riesgo
Aunque la degeneración macular húmeda tiene factores de riesgo adquiridos y hereditarios, como el envejecimiento, la exposición a la luz solar, el tabaquismo, la obesidad y la hipertensión arterial, no se puede prevenir completamente. Sin embargo, llevar un estilo de vida saludable, como una dieta equilibrada, el ejercicio regular y no fumar, puede reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad o retrasar su progresión.
En conclusión
La degeneración macular húmeda es una enfermedad que puede producir una pérdida rápida de la visión central, pero el tratamiento actual con inyecciones intravítreas puede mantener la visión del paciente. Es importante seguir los cuidados indicados por el médico después de la intervención y llevar un estilo de vida saludable para reducir el riesgo de complicaciones.