La dermatitis atópica, también conocida como eczema, es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que se caracteriza por sequedad, picazón, enrojecimiento y erupciones cutáneas.
Dermatitis atópica: ¿Qué es y cómo se manifiesta?
Afecta a un porcentaje considerable de la población infantil, con una prevalencia del 20% en menores de 7 años. Se manifiesta con mayor frecuencia en niños con antecedentes familiares de alergias, como asma, rinitis alérgica o la propia dermatitis atópica.
Causas de la dermatitis atópica en niños
El desarrollo de la dermatitis atópica es complejo y multifactorial. Intervienen factores genéticos, que predisponen a la alteración de la barrera cutánea y a una respuesta inmunitaria desregulada, y factores ambientales, como la exposición a alérgenos, irritantes, cambios climáticos y la microbiota cutánea.
Tratamiento de la dermatitis atópica
El tratamiento de la dermatitis atópica en niños se basa en el control de los síntomas y la prevención de brotes. Es fundamental mantener la piel hidratada con el uso regular de emolientes, evitar el rascado, identificar y evitar los desencadenantes ambientales y utilizar medicamentos tópicos, como corticosteroides o inhibidores de la calcineurina, bajo prescripción médica.
Consejos para el cuidado de la piel atópica
El Dr. Jesús Garrido, pediatra del Hospital Vithas La Salud de Granada, recomienda una serie de cuidados para la piel atópica en niños:
Bañar al niño con agua tibia, durante un tiempo no superior a 10 minutos, utilizando jabones suaves y específicos para piel atópica.
Secar la piel con suavidad, sin frotar, y aplicar una crema hidratante inmediatamente después del baño.
Evitar el uso de ropa ajustada o de tejidos sintéticos, que pueden irritar la piel. Es preferible optar por prendas de algodón suave y transpirable.
Mantener las uñas del niño cortas y limpias para prevenir infecciones en caso de rascado.
Identificar y evitar los desencadenantes ambientales que puedan provocar brotes, como el polvo, el polen, los ácaros del polvo, el moho, el humo del tabaco, los animales y ciertos alimentos.
Es importante destacar que la dermatitis atópica puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de los niños y sus familias. El picor intenso puede interferir con el sueño, las actividades diarias y el bienestar emocional. Por ello, es fundamental buscar atención médica para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento individualizado.