Durante el primer año del bebé llega un momento en el que el niño puede vivir una etapa en la que, de repente, deja de querer comer ciertos alimentos. Esto se conoce como la anorexia del primer año y suele dejar a los padres bastante desconcertados, aunque no es nada raro que ocurra dentro de las etapas típicas de la alimentación infantil.
Por que se produce la anorexia del primer año del bebé
«Lo que se sucede es algo bastante comprensible y es que, a partir del año, los niños comen prácticamente de todo y el resultado es que la gente que hay alrededor del niño, además de sus padres, pierde el miedo a darle otras cosas para comer y de esta forma calmarlo con, por ejemplo, un galleta, unos gusanitos, un zumo… provocando que el pequeño pase de comer de unas 5 veces al día a unas 15 o 20 al día», explica el pediatra Jesús Garrido.
¿Qué ocurre cuando le niño recibe tanta oferta de comida durante el día?
Lo que ocurre es que empieza a seleccionar lo que le gusta y lo que no y, por lo tanto, aprende a seleccionar alimentos. «Como sabe que antes o después le volverán a dar de comer, si algo no le gusta, dejará de comerlo y así un niño que tenía una dieta más o menos variada empieza a tener una dieta cada vez más restringida», apunta el doctor.
El mayor problema ante esta situación es que es muy previsible que el niño acabe teniendo una dieta basada en cosas como lácteos azucarados, patatas fritas, rebozados, pizzas, pasta… Por eso lo ideal para evitar que esto suceda es, según indica el pediatra Jesús Garrido, tratar de ofrecerle al niño «comida de verdad a las horas de comer y no usar la comida como forma de entretenimiento, de esta forma la mayoría de anorexias del primer año se resuelven».
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