Suministrar antibióticos a los niños ¿son buenos o son malos? ¿Es lo único que puede solucionar una infección? ¿Pueden ser perjudiciales para nuestros hijos? El pediatra Jesús Garrido explica que difícilmente las cosas son blancas o negras y que no hay que decir ni un sí rotundo ni un no rotundo a estas preguntas. «Los antibióticos son una herramienta que a lo largo de la historia han salvado muchas vidas. El problema viene cuando se usan de una forma inadecuada, en tratamientos innecesarios o con un abuso», dice el especialista.
En que casos se suministran antibióticos a los niños
Uno de los casos más claros en los que se suele suministrar antibióticos a los niños es cuando existe fiebre, lo que suele indicar una infección. Pero no siempre es lo correcto. «Lo que hacemos los médicos es ver si esa infección está provocada por un virus o por una bacteria», comenta Garrido. El pediatra explica que en un 80% de los casos, estas infecciones son víricas. «Pueden dar fiebre alta, pero se curarán solas», dice, y añade: «Una gripe, tratada sin antibióticos dura una siete días y con ellos, una semana». Es decir, su uso es totalmente innecesario.
En cambio, en otros casos, más o menos en un 20% de las infecciones, la causa es una bacteria. «Aquí la cosa cambia, y el antibiótico elimina de forma inmediata una infección que podría derivar en complicaciones». El pediatra pone un ejemplo: «Un niño que tiene la garganta roja y fiebre por una infección bactariana, si no se trata, puede derivar en una meningitis o en una neumonía, unas infecciones más graves de difícil tratamiento».
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