Existen dos biosimilares para la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa
Se utilizan biosimilares en Crohn y colitis ulcerosa, que son enfermedades inflamatorias intestinales, es decir, patologías en las que se produce inflamación en las paredes que recubren el intestino.
Los síntomas más comunes, aunque pueden darse otros, son diarrea, dolor abdominal, sangre en las heces, disminución del apetito y pérdida de peso. Se calcula que en España más de 360.000 personas han sido diagnosticadas de alguna de estas enfermedades.
La llegada de los medicamentos biológicos ha supuesto un extraordinario avance en el tratamiento de estas enfermedades, aunque, debido a su relación coste/beneficio, su utilización se reservaba para casos graves.
Sin embargo, con la aparición de sus medicamentos biosimilares el precio ha disminuido y su utilización podría ampliarse a pacientes en los que los fármacos tradicionales no obtienen el resultado deseado.
Existen dos tipos de enfermedad inflamatoria intestinal en los que se utilizan los biosimilares:
La enfermedad de Crohn, en la que se encuentra afectada cualquier parte del tubo digestivo.
La colitis ulcerosa, en la que se ve afectado exclusivamente el intestino grueso.
¿Para qué sirven los biosimilares en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa?
Los medicamentos biosimilares en Crohn y colitis ulcerosa son:
Los dos fármacos tienen el mismo mecanismo de acción. Básicamente, su función es unirse y neutralizar una proteína que está en tu organismo que se llama factor de necrosis tumoral-α (TNF- α). El TNF-α es una de las causantes de la inflamación, por lo que neutralizarla e impedir que ejerza sus efectos mejora la enfermedad.
Cómo administrar y conservar los biosimilares en enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa
En cuanto a su forma de administración, en concreto, el infliximab es un medicamento que puede administrarse tanto por vía intravenosa como por vía subcutánea. En caso de administrarse por vía intravenosa, tendrás que acudir al hospital para que la enfermera pueda administrártelo.
Adalimumab e infliximab se pueden usar por vía subcutánea, y puedes administrártelos tú mismo en tu domicilio. Hay dos tipos de dispositivos: las jeringas y las plumas precargadas. Recuerda que cada dispositivo tiene unas instrucciones de aplicación específicas, por lo que es importante que un profesional sanitario te enseñe cómo administrártelo tú mismo o alguien de tu entorno.
Además, otro aspecto muy importante a tener en cuenta es que los medicamentos subcutáneos como adalimumab e infliximab tienen unas condiciones especiales de conservación. En concreto, han de estar en la nevera (entre 2 ºC y 8 ºC). Es importante que el medicamento no se congele y se preserve de la luz hasta el momento de su utilización para mantener intactas sus propiedades.
Cuando vayas a administrártelo, recuerda que es muy importante atemperar el medicamento el tiempo que indica el prospecto antes de utilizarlo.
Cuando viajes, debes mantener la cadena de frío de tu medicamento para lo que es necesario que lleves una nevera portátil que mantenga la temperatura entre 2 ºC y 8 ºC. Así se puede asegurar que el medicamento conserva sus propiedades y producirá el efecto terapéutico deseado en tu organismo.
También, como medidas no farmacológicas, una alimentación equilibrada, por ejemplo, la dieta mediterránea, y la restricción de determinados productos, como el alcohol, favorecerán un mejor control de los síntomas.