Cuando los bebés lactantes expulsan leche por la boca, no siempre se trata de vómito. Puede tratarse de bocanadas o de reflujo gastroesofágico. Es importante saber diferenciar estos tres procesos, ya que el tratamiento puede variar.
Diferencias entre bocanadas, vómitos y reflujo
Las bocanadas son expulsiones de leche sin esfuerzo, generalmente en pequeñas cantidades, que ocurren después de las tomas. Son un fenómeno fisiológico normal en los bebés, debido a la inmadurez de su sistema digestivo.
Los vómitos, por otro lado, son expulsiones de contenido gástrico con esfuerzo, en mayor cantidad que las bocanadas y que pueden ocurrir en cualquier momento, no solo después de las comidas.
El reflujo gastroesofágico se produce cuando el contenido del estómago vuelve a subir al esófago, provocando irritación. Los síntomas del reflujo pueden incluir vómitos frecuentes, irritabilidad, rechazo a la alimentación, problemas para dormir, tos crónica o sibilancias.
¿Cuándo consultar al pediatra?
Es importante consultar al pediatra si el bebé:
Presenta vómitos frecuentes o en proyectil.
Tiene vómitos con sangre o bilis.
Rechaza la alimentación o no gana peso adecuadamente.
Presenta síntomas de deshidratación, como boca seca, llanto sin lágrimas u orina oscura.
Tiene síntomas de reflujo gastroesofágico, como los mencionados anteriormente.
El pediatra podrá evaluar la situación y determinar la causa de los vómitos, las bocanadas o el reflujo. En algunos casos, puede ser necesario realizar pruebas adicionales para descartar otras patologías.
El tratamiento dependerá de la causa y la gravedad de los síntomas. En el caso de las bocanadas, no suele ser necesario ningún tratamiento específico. En el caso de los vómitos, el pediatra puede recomendar cambios en la alimentación, la administración de suero oral o, en casos más graves, medicación. Para el reflujo gastroesofágico, el tratamiento puede incluir cambios en la alimentación, medicamentos para reducir la acidez estomacal y, en algunos casos, cirugía.