Bulos sobre los probióticos que deberían desaparecer
Afortunadamente, hace tiempo que no circulan los bulos sobre los probióticos que hicieron bastante daño comercialmente a algunas empresas porque, generalmente, estos falsos mitos van asociados a una reacción contra determinadas multinacionales o estamentos. No obstante, podemos distinguir dos grandes bulos sobre este tipo de productos.
BULO N.º 1. "Si ingerimos con mucha frecuencia o si le damos a nuestro hijo una gran cantidad de probióticos, por ejemplo, en un yogur fermentado, dejamos de producir la bacteria buena que lleva el yogur y generamos, por tanto, dependencia del producto comercial". Esto es totalmente falso porque las bacterias no las producimos nosotros. Todas nos entran con los alimentos y se reproducen en nuestro interior.
BULO N.º 2. El segundo de los bulos sobre los probióticos del que vamos a hablar fue propagado por un investigador, no sabremos nunca si fue o no intencionadamente. Tiene que ver con el hecho de que "los probióticos podían generar sobrepeso, ya que se utilizan para el engorde en granjas de animales, y para la recuperación de niños y lactantes que han tenido diarrea y, tras ello, ganan peso". Los dos conceptos de engorde están sesgados porque en una granja lo que se pretende no es que los animales engorden en grasa, sino que estén protegidos ante las enfermedades y mejoren su estructura ósea muscular, es decir, que tengan más rendimiento en carne, básicamente. Y los niños, después de una diarrea, engordan al mejorar frente a la deshidratación que les ha producido previamente la diarrea.
Otros bulos sobre los probióticos
Hoy en día, se han difundido por Internet algunos riesgos del consumo de probióticos basados en publicaciones online, por ejemplo, del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, donde se comentan algunos riesgos del uso de probióticos.
Los más destacables podrían ser que no son recomendados para personas que tengan una condición física muy débil y estén inmunodeprimidas. Sin embargo, es que estas personas, de antemano, no pueden cualquier alimento: hay que con cuidado con su dieta porque pueden tener infecciones. Y los probióticos son bacterias que pueden colonizar en personas con estas características.
Otras precauciones sobre las que llaman la atención serían, por ejemplo, que hay que ir con cuidado con lo que acompaña a los probióticos en determinados preparados. Esto ya es una cuestión del control de calidad de las empresas que venden los probióticos.
Desmontando los bulos sobre los probióticos
En resumidas cuentas, los probióticos no presentan ningún riesgo para la salud porque, especialmente en Europa, han sido revisados. Las especies bacterianas que hay en los preparados pertenecen a listas autorizadas por la Autoridad Europea Agroalimentaria y no hay absolutamente ningún riesgo en su consumo.