El mejor tratamiento para el infarto es no tenerlo. Consejos aptos tanto para aquellos que nunca han sufrido un ataque al corazón como para los que sí.
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CardiologíaInfarto de miocardioEl mejor tratamiento para el infarto es no tenerlo. Consejos aptos tanto para aquellos que nunca han sufrido un ataque al corazón como para los que sí.
Las personas que nunca han sufrido un infarto de miocardio o una enfermedad cardiovascular tienen que llevar a cabo una prevención primaria.
La prevención primaria se basa en mantener una vida saludable, cuyos pilares fundamentales son:
Dieta: es necesario evitar el exceso de azúcar, sal y grasas saturadas y aumentar el consumo de frutas, verduras y legumbres. Además, se requiere abandonar el consumo de alimentos precocinados, bollería, fritos, quesos curados. En definitiva, todos aquellos alimentos que contienen un nivel elevado de colesterol.
Ejercicio físico: sería suficiente realizar 150 minutos semanales de una actividad física de intensidad moderada para reducir la tasa de infarto de miocardio en la sociedad. Asimismo, para prevenir un ataque al corazón basta con dedicar 30 minutos diarios al ejercicio físico durante cinco días a la semana.
Por otra parte, “las personas que ya han sufrido un infarto de corazón no pueden conformarse con la dieta y el ejercicio para tener una calidad de vida suficiente y no tener problemas en el futuro”, declara Roberto Martín Asenjo, vocal de la Sección de Cardiopatía Isquémica y Cuidados Agudos Cardiovasculares de la SEC.
Por ello, estos pacientes también tienen que tomar una serie de tratamientos farmacológicos que son prescritos una vez se les hayas dado el alta después del episodio de un infarto de miocardio. Dichos tratamientos se deben mantener a largo plazo, siguiendo los consejos del cardiólogo y médico de Atención Primaria.
Por otra parte, otra de las cosas que se pueden hacer para prevenir un infarto es controlar los factores de riesgo cardiovascular:
Evitar el tabaco.
Hacer los controles de salud recomendados por el médico de Atención Primaria, de tal manera que se evite precozmente la aparición de diabetes mellitus, tensión arterial o hipercolesterolemia.
Respecto a las personas que ya han sufrido un infarto de miocardio u otro problemas cardiovascular, las recomendaciones no pueden limitarse a seguir una dieta saludable, hacer ejercicio físico y controlar los factores de riesgo, sino que han de seguir un tratamiento más específico que quedará determinado desde el momento del alta hospitalaria. En el informe de alta se pautan una serie de medicinas:
Medicamentos antiagregantes, para que la sangre circule más libremente por las arterias coronarias.
Medicación para bajar los niveles de colesterol y evitar que se deposite en las arterias coronarias.
Fármacos que ayudan a que el corazón trabaje más descansado, de forma que se reduce la tensión arterial y frecuencia cardíaca.
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Sabes. Cuál es el mejor tratamiento para el infarto de miocardio? No tener. Vamos a contar cómo se previene el infarto de corazón las personas que nunca han tenido un infarto de miocardio ni ninguna otra enfermedad cardiovascular. Lo que tienen que hacer es uno prevención que llamamos prevención primaria. La prevención primaria se basa, por un lado, en llevar unos estilos de vida saludables. Estos estilos de vida tienen dos pilares La dieta y el ejercicio físico. Con respecto a la dieta, tenemos que intentar evitar el excesivo consumo en azúcar y el excesivo consumo en sal y en gracias saturada. Incrementar el consumo de frutas, verduras, legumbres y retirar productos precocinados, bollería fritos, quesos curados, sustancias que están muy ricas en colesterol y acaban provocando depósitos en las arterias coronarias. El Segundo pilar para prevenir el infarto en aquellas personas que nunca lo han tenido es el ejercicio físico. Las recomendaciones de ejercicio físico son realmente, en teoría fáciles de cumplir. Bastaría con realizar ciento cincuenta minutos semanales de un ejercicio físico de actriz de intensidad moderada para reducir la tasa de infarto de miocardio en la población. Treinta minutos diarios durante cinco días a la semana. Sería más que suficiente para conseguir una prevención eficaz del infarto de corazón. Desde el punto de vista del Ejército, desafortunadamente, las personas que ya han tenido un infarto de corazón no pueden conformarse con la dieta y el ejercicio para tener una calidad de vida suficiente y para no tener problemas en el futuro. Las personas que ya han tenido un infarto de corazón, además de las recomendaciones dietéticas que ya hemos visto antes o el ejercicio adaptado a su capacidad que le recomiende su cardiólogo, tienen que tomar una serie de tratamientos farmacológicos que son prescritos al alta de desde desde el episodio del infarto de miocardio y se debe mantener a largo plazo, siempre siguiendo los consejos del cardiólogo y el médico de Atención Primaria. Además de la dieta y el ejercicio físico para prevenir un infarto de miocardio, tenemos que controlar los factores de riesgo cardiovascular. Esto es evitar fumar y hacer los controles de salud que nos vaya recomendando nuestro médico de atención primaria para detectar precozmente la aparición de diabetes mellitus, tensión arterial o hipercolesterolemia. En el caso de los pacientes que ya han sufrido un infarto de corazón o algún otro problema cardiovascular, las recomendaciones no pueden seguirse a la dieta, el ejercicio y la prevención de los factores de lugar de eyacular. Tenemos que ser ya más enérgicos en su tratamiento. Este tratamiento quedará determinado en el momento del alta hospitalaria. En el informe de alta se pactarán medicinas para que la sangre circule más libremente por las arterias coronarias. Son los medicamentos antiagregantes. Se pactará medicación para bajar aún más los niveles de colesterol y evitar que se deposite en las arterias coronarias y se pactarán fármacos que harán que el corazón trabaje más descansado, que se pueda reducir la tensión arterial y reducir la frecuencia cardiaca. Pero esto ya debe quedar de manos del cardiólogo médico. Atención primaria que deben estudiar, individualizadamente cada caso y hacer las recomendaciones que consideren oportuno. No.