Quizá todos habéis notado en alguna ocasión cuerpos que flotan dentro del ojo, en España, los especialistas los llaman moscas volantes. «Estos cuerpos flotantes son comunes y los tenemos todos. Son condensaciones del humor vítreo, un gel que rellena el ojo por dentro”, explica el oftalmólogo Álvaro Fernández-Vega. No tienen ninguna importancia para nuestra salud pero sí la tiene la separación del vítreo de la pared del fondo del ojo que nos va a producir un cambio brusco en esos cuerpos flotantes.
El ojo es como una pelota donde entran la luz y las imágenes por la parte delantera a través de unas capas transparentes y se recoge la imagen en la retina, la que hace que realmente veamos. “Para que la imagen llegue a la retina, tiene que pasar primero por la córnea, el cristalino y una cavidad rellena de un gel transparente que las imágenes tienen que atravesar para poder llegar al fondo del ojo. Este gel, con el paso de los años, va perdiendo agua y va a llegar un momento en el que se colapse, se retraiga y se separe de la pared del ojo. Esto es un proceso normal del envejecimiento del humor vítreo”, explica el experto.
El problema es que cuando se separa el vítreo de la pared del fondo del ojo, las condensaciones que tiene su cara posterior pasan a un plano más adelantado y empiezan a hacer sombras sobre la retina y vemos los cuerpos flotantes. Estos los vamos a ver siempre y con el paso del tiempo se irán condensando hasta verlos menos.
Fernández-Vega afirma que “al separarse el humor vítreo de la pared del fondo del ojo, puede llegar a traccionar la retina periférica y romperla. Lo importante, por tanto, no son los cuerpos flotantes sino que si, en el momento de la separación se produce una rotura, el liquido que rellena el ojo por dentro se puede colar a través de esas roturas y despegar la retina de la pared del fondo del ojo provocando un desprendimiento de retina”.
Por eso, a los pacientes con separación del vítreo del fondo del ojo deben hacerse una revisión oftalmológica completa para ver que no se produzca ninguna rotura retiniana. “Si no la tiene, no es necesario el tratamiento y, si la tuviera, también tenemos soluciones para ello y podemos hacer una barrera de láser”, concluye el oftalmólogo.
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