El catarro es una afección común en niños, especialmente durante sus primeros años de vida. Se trata de una infección viral del tracto respiratorio superior que causa inflamación en la nariz y la garganta. Aunque generalmente es una afección leve, puede resultar muy molesta para los niños, especialmente para los bebés y niños pequeños que aún no pueden sonarse la nariz.
El catarro en niños: causas y síntomas
El catarro común en niños está causado por virus, siendo los rinovirus los más comunes. Estos virus se propagan fácilmente a través del aire cuando una persona infectada tose o estornuda, o por contacto directo con objetos contaminados.
Los síntomas del catarro suelen aparecer entre uno y tres días después de la exposición al virus. Los síntomas más comunes incluyen:
En la mayoría de los casos, el catarro desaparece por sí solo en una semana o diez días. Sin embargo, algunos niños pueden desarrollar complicaciones como infecciones de oído, bronquitis o neumonía.
Consejos para aliviar el catarro en niños
No existe una cura para el catarro común, pero hay medidas que se pueden tomar para aliviar los síntomas y ayudar al niño a sentirse mejor. El Dr. Jesús Garrido, pediatra del Hospital Vithas La Salud de Granada, ofrece los siguientes consejos:
Asegurarse de que el niño descanse lo suficiente.
Ofrecerle abundantes líquidos para prevenir la deshidratación. El agua, los zumos naturales y las sopas son buenas opciones.
Utilizar un humidificador o vaporizador para aliviar la congestión nasal. También se puede intentar dar al niño un baño caliente.
Limpiar la mucosidad nasal con una solución salina. Esto ayudará a despejar las vías respiratorias y a facilitar la respiración.
Elevar la cabeza del niño con una almohada adicional al dormir. Esto puede ayudar a drenar la mucosidad.
Evitar la exposición al humo del tabaco y otros irritantes.
Si el niño tiene fiebre, se le puede administrar paracetamol o ibuprofeno siguiendo las indicaciones del médico o farmacéutico.
Cuándo consultar al médico
Es importante consultar al médico si el niño:
Tiene fiebre alta (más de 39°C) que dura más de tres días
Tiene dificultad para respirar
Presenta sibilancias
Tiene dolor de oído
Presenta síntomas de deshidratación, como disminución de la micción, boca seca o llanto sin lágrimas
Los síntomas no mejoran después de una semana o diez días
El médico puede determinar si el niño necesita tratamiento adicional, como antibióticos en caso de infección bacteriana secundaria.