Catarro en niños: causas, síntomas y tratamiento
El catarro común es una infección viral del tracto respiratorio superior que afecta a personas de todas las edades, pero es especialmente frecuente en niños. Se estima que los niños pueden tener entre 6 y 8 catarros al año, especialmente durante los primeros años de vida. Esto se debe a que su sistema inmunitario aún se está desarrollando y son más propensos a contraer infecciones.
¿Cuáles son los síntomas del catarro en niños?
Los síntomas del catarro en niños suelen ser leves y desaparecen por sí solos en unos pocos días. Los síntomas más comunes incluyen:
¿Cómo se trata el catarro en niños?
No existe una cura para el catarro común. El tratamiento se centra en aliviar los síntomas y ayudar al niño a sentirse mejor. Algunas medidas que pueden ayudar a aliviar los síntomas del catarro en niños incluyen:
Asegurar una buena hidratación: Ofrecer al niño abundante líquido, como agua, zumos naturales o soluciones de electrolitos, para prevenir la deshidratación.
Aliviar la congestión nasal: Utilizar suero fisiológico o soluciones salinas nasales para limpiar la nariz del niño. También se puede utilizar un humidificador para aumentar la humedad del aire.
Aliviar la tos: La miel puede ayudar a aliviar la tos en niños mayores de un año. Es importante no administrar miel a bebés menores de un año debido al riesgo de botulismo.
Reducir la fiebre: Si el niño tiene fiebre, se le puede administrar paracetamol o ibuprofeno, siempre bajo la supervisión de un médico.
Descanso: Es importante que el niño descanse lo suficiente para recuperarse.
¿Cuándo debo consultar a un médico?
Es importante consultar a un médico si el niño:
Tiene fiebre alta (más de 39°C)
Presenta dificultad para respirar
Tiene tos persistente o que empeora
Presenta síntomas que no mejoran después de unos días
Muestra signos de deshidratación, como boca seca, llanto sin lágrimas o disminución de la cantidad de orina
Prevención del catarro en niños
Aunque no es posible prevenir completamente el catarro común, hay algunas medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo de contagio:
Lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón.
Enseñar a los niños a cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar.
Evitar el contacto cercano con personas enfermas.
Limpiar y desinfectar las superficies que se tocan con frecuencia.
Vacunar a los niños contra la gripe, ya que esta puede causar síntomas similares al catarro.