¿Qué entendemos por fimosis?
Se dice que un bebé tiene fimosis cuando la piel cubre el pene, el prepucio, no puede retirarse hacia atrás. ¿Permite que salga la orina? En la mayoría de los casos, sí, perfectamente. Tal como explica el Dr. Jesús Garrido en el vídeo, hay algunos casos en los que, cuando el niño orina, se observa que el prepucio se hincha como una bolsa. Luego, va soltando la orina al ritmo que le permite el agujerito, pero termina por vaciarse.
Por tanto, en la mayoría de los niños, tener fimosis no es un problema. Y, de hecho, “de los niños recién nacidos que vemos, la gran mayoría tienen al principio fimosis y la consideramos fisiológica”, explica el Dr. Garrido. Suele haber un proceso de desarrollo natural en el que, poco a poco, la piel del prepucio se va abriendo.
Cuándo actuar si un bebé tiene fimosis
Si la fimosis se mantiene, es posible que el niño tenga problemas al llegar a la edad adulta, cuando comience a tener erecciones, ya que no permitirá que se expanda el pene como tiene que hacerlo. ¿El resultado cuál es? Puede resultar molesto para el niño y puede limitar la capacidad de tener una relación sexual normal.
En estos casos, conviene actuar, preferiblemente, cuando el niño tenga todavía entre 5-7 meses, puesto que, si se hace mayor, es posible que ya no nos deje. Esto es lo que debes hacer si tu hijo tiene fimosis:
Aplicar cremas de corticoides que provocan que la piel se vuelva más elástica y más flexible.
Después de aplicar durante unos cuantos días esa crema, empezaremos a bajar poco a poco, sin forzar. Veremos que la piel va cediendo cada vez un poquito más.
Al aplicar la crema durante un mes, se puede conseguir en más del 90 % de los niños que se resuelva la fimosis sin ningún problema.
¿Y si reaparece la fimosis?
Si, al cabo de unos meses, la piel vuelve a cerrarse, podemos volver a usar otra vez la crema y repetir el proceso, que esta vez ya será mucho más corto (entre una semana y diez días, normalmente).
También puede ocurrir que, durante este proceso, llegue un punto a partir del que el prepucio ya no baja porque está pegado al glande. Cuando eso ocurre, esas adherencias ya no se van a abrir con la crema, pero se van a acabar abriendo con el tiempo: en ese hueco que está pegado, hay glándulas que producen secreción que sirve de lubricante.
Cuando esa secreción empieza a producirse, aparecen bultitos blancos de grasa por debajo de la piel, que van creciendo y creciendo hasta que llegan al borde. Entonces separan el borde que estaba pegado, se abre y esa zona queda liberada.
Y, antes o después, por toda la circunferencia en la que está pegado, va haciendo el mismo proceso. De forma que la gran mayoría de los niños que no tienen fimosis pero sí adherencia, antes de que llegue la pubertad, lo han resuelto por sí solos.