Fracturas óseas por fragilidad: ¿qué debes saber?
La pérdida de densidad ósea, también conocida como osteoporosis, es una enfermedad silenciosa que afecta a millones de personas en todo el mundo. A medida que avanza, los huesos se vuelven más frágiles y propensos a fracturas, incluso por caídas leves o pequeños golpes.
¿Cuáles son las causas de la pérdida de densidad ósea?
Diversos factores pueden contribuir a la pérdida de densidad ósea, entre ellos:
Envejecimiento: La densidad ósea disminuye de forma natural con la edad.
Factores genéticos: La predisposición genética juega un papel importante en la salud ósea.
Hormonas: Los cambios hormonales, como los que ocurren durante la menopausia, pueden afectar la densidad ósea.
Nutrición: Una dieta baja en calcio y vitamina D puede debilitar los huesos.
Estilo de vida: El sedentarismo, el consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo son factores de riesgo.
¿Cómo se pueden prevenir las fracturas por fragilidad?
La prevención es fundamental para mantener la salud ósea a largo plazo. Algunas medidas clave incluyen:
Dieta equilibrada: Consumir alimentos ricos en calcio y vitamina D.
Ejercicio regular: La actividad física, especialmente los ejercicios de soporte de peso, fortalece los huesos.
Evitar el tabaco y el alcohol: Estos hábitos tienen un impacto negativo en la salud ósea.
Revisiones médicas regulares: Consultar con un profesional de la salud para evaluar la densidad ósea y recibir recomendaciones personalizadas.
¿Qué opciones de tratamiento existen?
En caso de diagnóstico de osteoporosis o riesgo elevado de fracturas, existen diferentes opciones de tratamiento, que incluyen:
Medicamentos: Para fortalecer los huesos y reducir el riesgo de fracturas.
Terapia hormonal: En algunos casos, se puede considerar la terapia hormonal para compensar los cambios hormonales relacionados con la edad.
Suplementos: Suplementos de calcio y vitamina D pueden ser recomendados para asegurar una ingesta adecuada.
Es importante destacar que la información proporcionada en este artículo es solo para fines informativos y no debe considerarse como un consejo médico profesional. Siempre consulta con un médico o profesional de la salud calificado para obtener un diagnóstico y recomendaciones de tratamiento personalizadas.