Una piel sana no existe sin una barrera cutánea sana. Cualquier desequilibrio en sus funciones va a generar una piel alterada, y así la encontramos en multitudes de problemas cutáneos como la dermatitis atópica, psoriasis o el eczema de contacto. Estas alteraciones pueden desencadenarse debido a factores externos e internos:
Factores externos: como la radiación UV, polución, humo de tabaco, condiciones climáticas extremas, calefacción, aire acondicionado, o errores en el cuidado de la piel con cosméticos no adecuados al estado y necesidades de la piel.
Factores internos: como la genética, las hormonas, el estrés, la edad, algunas patologías como la diabetes, medicamentos y una alimentación desequilibrada.
Todos estos factores producen inflamación, disrupción en la síntesis de lípidos, supresión del sistema inmunitario y una queratinización irregular. Con la barrera alterada, la piel se ve apagada, enrojecida, sensibilizada, deshidratada y con descamación, y pueden llegar a producirse brotes acnéicos, picor, eritema, y quemazón.
Qué necesidades tiene una piel con una barrera alterada
Una piel con una barrera alterada está expuesta a la penetración de sustancias, microoorganismos y a la pérdida de agua. Para suplir y complementar las necesidades de la piel cuando se tiene una función barrera alterada podemos utilizar cosméticos con ingredientes emolientes que repongan lípidos epidémicos, que lubriquen y suavicen al piel, como, por ejemplo, las cerámicas, aceites, mantecas y ceras vegetales. Algunos de estos tienen además un efecto oclusivo, formando un “film” sobre la piel que ralentiza la evaporación de agua transepidérmica.
Los ingredientes humectantes también son importantes ya que retienen y absorben el agua hacia la piel. Algunos ejemplos son el pantenol, la glicerina, el ácido hialurónico o la urea en concentraciones de hasta un 10 %
Todos estos activos mejoran la piel por mecanismos pasivos; porque suplen y complementan las necesidades cutáneas, pero no actúan sobre el origen del problema. Pero si queremos actuar sobre el origen, es decir, recuperar la funcionalidad de la barrera cutánea, además de identificar la causa e intentar evitarla también tendremos que buscar ingredientes activadores de la función barrera que consigan una función barrera optima sin necesidad de estar aportando constantemente estos ingredientes hidratantes.
Extracto de Deschampsia antartica: activo antipolución que es capaz de aumentar la expresión de loricrina, proteína que contribuye a una barrera sana.
Niacinamida: antioxidante, evita la pérdida de agua transepidérmica y aumenta la producción de lípidos, como las cerámicas, y de proteínas como la filagrina.
Factores de crecimiento celular: que estimulan la diferenciación y proliferación de células epidémicas.
Rutina para reforzar la función barrera de la piel
En una rutina cutánea para reforzar y recuperar la función barrera se deben utilizar cosméticos con ingredientes "activadores" de buena tolerabilidad, sin perfumes ni alcohol. La limpieza tendrá que ser suave, usando jabones tipo syndet, y realizarse con agua templada. **Es importante utilizar un ****protector solar **que proteja la piel frente a la radiación UV así como de otros agentes externos como polución.