La hiperhidrosis es un proceso de sudoración excesiva
La hiperhidrosis es una condición donde el cuerpo produce una cantidad excesiva de sudor en relación con la que sería necesaria para regular la temperatura corporal. Se trata de una afección localizada especialmente en las palmas de las manos, en las plantas de los pies, en las axilas y en la cabeza.
Según su localización, se puede clasificar en los siguientes tipos:
Hiperhidrosis localizada o focal, cuando se da en una zona concreta del cuerpo.
Hiperhidrosis generalizada, cuando afecta a la mayor parte del cuerpo.
También se puede clasificar en función de las causas que la producen:
Hiperhidrosis primaria o esencial, cuando se desconoce la causa.
Hiperhidrosis secundaria, cuando es consecuencia de una enfermedad o incluso del uso de medicamentos.
Causas de la hiperhidrosis
Las causas principales de la hiperhidrosis suelen ir relacionadas con un aumento en la temperatura y humedad ambiental.
También puede deberse a causas de tipo emocional, en especial situaciones estresantes que desencadenan en las glándulas sudoríparas una respuesta que ocasiona un exceso de sudoración.
También puede estar provocada por el uso de algunos medicamentos, como vasodilatadores o antidepresivos.
Igualmente, puede ir asociada a determinadas enfermedades o situaciones fisiológicas como la menopausia.
Diagnosticar la hiperhidrosis
La cantidad excesiva de sudor puede provocar discapacidad social y laboral. Además, puede aparecer mal olor e infecciones o maceración de la piel.
Para su diagnóstico, el médico identificará, entre otros factores, si el exceso de sudoración:
Se da en una zona concreta del cuerpo.
Tiene una evolución de más de 6 meses.
Afecta a la realización de las actividades diarias o al descanso nocturno.
Existe historia familiar de hiperhidrosis.
Cómo tratar la hiperhidrosis
En cuanto al abordaje y tratamiento de la hiperhidrosis, existen distintos métodos que varían en función del diagnóstico establecido por el médico. Este determinará cuál es el tratamiento más apropiado en cada caso. En general, se puede:
Aplicar en la zona afectada productos antitranspirantes, astringentes o anticolinérgicos.
Inyectar toxina botulínica para bloquear la producción de sudor
Utilizar medicamentos como ansiolíticos.