Las infecciones de orina pueden ser recurrentes en algunos niños. Tal como explica el Dr. Jesús Garrido (Mi Pediatra Online), se producen cuando la orina se retiene o refluye dentro en el canal urinario antes de ser expulsada, lo que favorece la aparición de gérmenes.
Las infecciones de orina pueden originarse debido a dificultades para expulsarla
Entre sus síntomas podemos distinguir:
Fiebre, aunque no tiene por qué ser alta.
Molestias al orinar.
**Molestias **e **irritación **del carácter.
Dificultades para comer.
Alternaciones en el olor y el color de la orina, que a veces se huele fuerte o es más oscura.
¿Cómo comprobar si es infección de orina?
La infección puede detectarse con una analítica de orina, que puede realizarse en Urgencias y cuyos resultados están disponibles en menos de una hora. No obstante, este primer análisis simplemente sirve para determinar si existe o no la infección; no identifica el germen que la causa ni a qué antibiótico es sensible en caso de que sea necesario.
Por tanto, en ocasiones se requiere un segundo análisis: el cultivo de orina, cuyos resultados tardan unos días, pero desvelan qué germen está produciendo la infección y a qué antibiótico es sensible.
Normalmente, «una vez que se ha confirmado con el sedimento que tenía infección, se suele poner el tratamiento con un antibiótico que cubra la mayoría de los gérmenes que producen la infección de orina y, cuando llega el resultado del cultivo, se ajusta el tratamiento en caso de que sea necesario», indica el Dr. Garrido.
¿Por qué se producen infecciones de orina recurrentes?
Hay niños que tienen infecciones de orina con bastante facilidad. En estos casos, Mi Pediatra Online indica que es necesario hacer un estudio con una ecografía que permita ver cómo están las vías por las que tiene que drenarse la orina. «Si las vías urinarias están dilatadas, la orina se está reteniendo, lo que favorece que los gérmenes intestinales pasen ahí, produciendo la infección una y otra vez», explica.
Cuando se detecta dilatación de la vía urinaria, se debe realizar otra prueba que sirve para determinar las causas de la retención de la orina, que pueden ser:
Estenosis: la orina no baja.
Reflujo: una vez que ha bajado hasta la vejiga, vuelve a subir hacia arriba.
En función del grado de estenosis o de reflujo del niño, debe decidirse si es necesario intervenir para arreglar la malformación que está haciendo que esa orina se estanque. No obstante, el Dr. Garrido apunta que la operación quirúrgica es necesaria en una minoría de los casos.
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