Crisis de asma en niños: síntomas, diagnóstico y tratamiento
Las crisis de asma son episodios comunes en la infancia y pueden generar mucha preocupación en los padres. Se trata de una enfermedad crónica que afecta a las vías respiratorias, provocando que se inflamen e hinchen, lo que dificulta el paso del aire.
¿Qué causa una crisis de asma?
El asma está relacionada con la hiperreactividad bronquial y, en muchos casos, con la alergia. Esto significa que los bronquios de los niños con asma son muy sensibles a ciertos desencadenantes, como:
Infecciones virales: Los resfriados y gripes son una causa muy frecuente de crisis asmática en niños.
Alérgenos: El polvo, los ácaros, el polen, los animales y el moho pueden desencadenar crisis en niños alérgicos.
Ejercicio físico: La actividad física intensa puede provocar síntomas de asma en algunos niños.
Cambios bruscos de temperatura: Pasar del frío al calor o viceversa puede ser un desencadenante.
Emociones fuertes: El estrés, la ansiedad o la excitación pueden influir en la aparición de una crisis.
¿Cuáles son los síntomas de una crisis de asma?
Es fundamental reconocer los síntomas de una crisis de asma para actuar con rapidez. Los más comunes son:
Dificultad para respirar (disnea): Sensación de falta de aire.
Silbidos en el pecho (sibilancias): Sonido agudo al respirar, especialmente al exhalar.
Tos: Puede ser seca o productiva, y empeorar por la noche o con el ejercicio.
Opresión en el pecho: Sensación de presión o dolor en el pecho.
Respiración rápida: El niño respira más rápido de lo normal.
Color azulado en la piel (cianosis): En casos graves, la piel puede adquirir un tono azulado debido a la falta de oxígeno.
¿Cómo se diagnostica el asma?
El diagnóstico del asma en niños lo realiza un pediatra o un alergólogo, basándose en:
Historia clínica: El médico preguntará sobre los síntomas del niño, antecedentes familiares de asma o alergias, y posibles desencadenantes.
Exploración física: Se auscultarán los pulmones del niño para detectar sibilancias u otros signos.
Pruebas de función pulmonar (espirometría): Miden la cantidad de aire que el niño puede inhalar y exhalar, y la rapidez con la que lo hace.
Pruebas de alergia: Pueden ayudar a identificar los alérgenos que desencadenan las crisis.
¿Cuál es el tratamiento para el asma?
El objetivo del tratamiento del asma es controlar la inflamación de las vías respiratorias, prevenir las crisis y permitir que el niño lleve una vida normal. El tratamiento puede incluir:
Medicamentos de alivio rápido: Se utilizan para detener los síntomas durante una crisis de asma. Los más comunes son los broncodilatadores inhalados, que ayudan a abrir las vías respiratorias.
Medicamentos de control a largo plazo: Se toman de forma regular para prevenir las crisis y reducir la inflamación de las vías respiratorias. Los más comunes son los corticoides inhalados.
Plan de acción contra el asma: El médico elaborará un plan personalizado para el niño, que incluirá cómo reconocer y tratar los síntomas, cómo evitar los desencadenantes y cuándo buscar atención médica urgente.
Es importante seguir las indicaciones del médico y administrar los medicamentos correctamente. Con un buen control del asma, los niños pueden llevar una vida activa y saludable.