¿Tiene sentido tener en cuenta la microbiota en la enfermedad celiaca? Descúbrelo en este vídeo.
Beatriz Espín Jaime
Pediatría
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Microbiota TV¿Tiene sentido tener en cuenta la microbiota en la enfermedad celiaca? Descúbrelo en este vídeo.
¿Tiene algún sentido examinar la microbiota en relación con la enfermedad celiaca? Podemos afirmar que tiene sentido hacerlo. Veamos por qué.
La enfermedad celiaca o celiaquía es una afección sistémica que se manifiesta en personas genéticamente predispuestas, con características genéticas particulares.
La ingesta de gluten desencadena una respuesta inmunitariaque afecta principalmente al sistema digestivo, aunque también puede tener repercusiones en otros órganos del paciente celiaco.
Se sabe que más del 30 % de la población tiene un perfil genético de riesgo para la celiaquía, pero solo un 5 % de estas personas genéticamente predispuestas desarrollan la enfermedad. Por lo tanto, debe haber otros factores que influyan en el desarrollo de esta patología. La microbiota es uno de los elementos que se cree que están involucrados.
Existen evidencias que sugieren que existe cierta participación de la microbiota en el desarrollo de la enfermedad celiaca. En realidad, no es el gluten en sí lo que desencadena la enfermedad, sino la digestión de este, que genera péptidos de diferentes tamaños y estructuras. Estos péptidos son los que activan la respuesta inmunitaria.
Las bacterias en nuestro intestino son capaces de descomponer el gluten y formar estos péptidos. Además, pueden influir en la cantidad de péptidos que afectan al sistema inmunitario y desencadenan el mecanismo de la enfermedad celíaca. No solo eso, sino que estos péptidos deben atravesar la barrera del epitelio intestinal para entrar en contacto con el sistema inmunitario.
Las bacterias intestinales tienen la misión de fomentar y mantener saludable la barrera intestinal, estimulando la producción de moco de calidad y fortaleciendo la unión entre las células epiteliales. La composición de la microbiota afecta a la accesibilidad de los péptidos al sistema inmunitario. Dependiendo del tipo de microbiota, se generará más o menos cantidad de estos péptidos.
Sabemos que, al diagnosticar a un paciente celiaco, hay diferencias en la microbiota en comparación con personas no celiacas. En las personas sanas, existe una mayor proporción de bacterias beneficiosas y una menor proporción de bacterias potencialmente patógenas. Estudios en ratones o modelos animales indican que, incluso con la misma predisposición genética, aquellos con una microbiota particular tienen **más facilidad para **desarrollar la celiaquía.
Los estudios actuales se centran en identificar grupos bacterianos que podrían modular la respuesta inmunitaria en personas genéticamente predispuestas. Si se logra definir esto, podríamos diseñar estrategias para mantener una microbiota saludable y equilibrada, reduciendo así el riesgo en personas predispuestas a desarrollar la enfermedad celíaca.
La comprensión de estos factores podría abrir nuevas puertas para el manejo y la prevención de la celiaquía.
Tiene algún sentido mirar a la microbiota en la enfermedad celíaca? Pues yo creo que sí, que tiene todo el sentido del mundo. La enfermedad celíaca es una enfermedad sistémica que aparecen personas que están genéticamente predispuestas, que tienen una genética peculiar y en las que la ingesta del gluten desencadena una respuesta inmunológica que termina afectando fundamentalmente al tubo digestivo. Pero también llega a afectar a sistemas del organismo del paciente celíaco. Se sabe que es más del treinta por ciento de la población tiene una genética de riesgo de la celiaquía, pero sólo un cinco por ciento de esas personas genéticamente predispuestas llegan a desarrollar la enfermedad. Por lo tanto, debe de haber algo más que incida en porque una persona llega a desarrollar esa patología. La microbiota es uno de esos factores en los que se piensa que está han implicado no el único, pero sí uno de ellos. Y por qué? Porque hay factores y hay y hay hechos que nos demuestran que probablemente está implicado en todo este desarrollo de la autopía. En realidad, no es el gluten lo que pone en marcha toda la enfermedad celíaca, sino que es la digestión del gluten, Lo que genera una serie de fragmentos llamados péptido de diferente tamaño y de diferente estructura, que son los que ponen en marcha todo el mecanismo inmunológico. Las bacterias de nuestro intestino son capaces de digerir el gluten y son capaces de formar esos péptidos y son capaces de generar más o menos cantidad de los péptidos que inciden en el sistema inmunológico y ponen en marcha el mecanismo de la celiaquía. Pero no solo eso, sino que además esos péptidos tienen que atravesar la barrera del epitelio intestinal para entrar en contacto con el sistema inmunológico. Y ya saben que las bacterias del intestino una de las misiones que tienen, es fomentar y mantener saludable la barrera epitelial y activan una secreción de moco de calidad y estimulan la unión entre las células epiteliales de tamaño que inciden las bacterias de ultra intestino. En una mejor o peor accesibilidad de esos péptidos al sistema inmunológico, dependiendo del tipo de microbiota, probablemente se generará más menos cantidad de esos péptidos y llegarán en mayor o menor medida, al sistema inmunológico. Pero es que además sabemos que al diagnóstico del paciente celíaco hay diferencia. Herencias en la microbiota si lo comparamos con personas que no tienen celiaquía, de tal manera que hay mayor proporción del acto bacilus y dido bacteria en las personas sanas y una menor proporción de bacterias potencialmente más patógenas. Y sabemos por estudio en ratones o en modelos animales. Aun teniendo todos los ratones la misma predisposición genética, aquellos que tienen una microbiota peculiar o una microbiota diferente pueden tener más facilidad para llegar a desarrollar la celiaquía. Por lo tanto, los estudios que están encaminados a día de hoy son para intentar localizar e identificar aquellos grupos bacterianos que probablemente frenan o potencian aún más todo la respuesta inmunológica que está implicada a la ingesta del gluten en personas genéticamente predispuestas. Si llegamos a conseguir definir eso, probablemente podremos diseñar estrategias para mantener una microbiota que sea lo más saludable o lo más equilibrada para disminuir el riesgo de en personas predispuestas a desarrollar la celiaquía.
Beatriz Espín Jaime
Pediatría