¿Tiene algún sentido examinar la microbiota en relación con la enfermedad celiaca? Podemos afirmar que tiene sentido hacerlo. Veamos por qué.
La enfermedad celiaca
La enfermedad celiaca o celiaquía es una afección sistémica que se manifiesta en personas genéticamente predispuestas, con características genéticas particulares.
La ingesta de gluten desencadena una respuesta inmunitariaque afecta principalmente al sistema digestivo, aunque también puede tener repercusiones en otros órganos del paciente celiaco.
Se sabe que más del 30 % de la población tiene un perfil genético de riesgo para la celiaquía, pero solo un 5 % de estas personas genéticamente predispuestas desarrollan la enfermedad. Por lo tanto, debe haber otros factores que influyan en el desarrollo de esta patología. La microbiota es uno de los elementos que se cree que están involucrados.
La microbiota y su relación con la enfermedad celiaca
Existen evidencias que sugieren que existe cierta participación de la microbiota en el desarrollo de la enfermedad celiaca. En realidad, no es el gluten en sí lo que desencadena la enfermedad, sino la digestión de este, que genera péptidos de diferentes tamaños y estructuras. Estos péptidos son los que activan la respuesta inmunitaria.
Las bacterias en nuestro intestino son capaces de descomponer el gluten y formar estos péptidos. Además, pueden influir en la cantidad de péptidos que afectan al sistema inmunitario y desencadenan el mecanismo de la enfermedad celíaca. No solo eso, sino que estos péptidos deben atravesar la barrera del epitelio intestinal para entrar en contacto con el sistema inmunitario.
Mayor facilidad para desarrollar celiaquía
Las bacterias intestinales tienen la misión de fomentar y mantener saludable la barrera intestinal, estimulando la producción de moco de calidad y fortaleciendo la unión entre las células epiteliales. La composición de la microbiota afecta a la accesibilidad de los péptidos al sistema inmunitario. Dependiendo del tipo de microbiota, se generará más o menos cantidad de estos péptidos.
Sabemos que, al diagnosticar a un paciente celiaco, hay diferencias en la microbiota en comparación con personas no celiacas. En las personas sanas, existe una mayor proporción de bacterias beneficiosas y una menor proporción de bacterias potencialmente patógenas. Estudios en ratones o modelos animales indican que, incluso con la misma predisposición genética, aquellos con una microbiota particular tienen **más facilidad para **desarrollar la celiaquía.
El futuro de la investigación para la prevención de la enfermedad celiaca
Los estudios actuales se centran en identificar grupos bacterianos que podrían modular la respuesta inmunitaria en personas genéticamente predispuestas. Si se logra definir esto, podríamos diseñar estrategias para mantener una microbiota saludable y equilibrada, reduciendo así el riesgo en personas predispuestas a desarrollar la enfermedad celíaca.
La comprensión de estos factores podría abrir nuevas puertas para el manejo y la prevención de la celiaquía.