Metotrexato: Usos, administración y efectos secundarios
El Metotrexato es un fármaco utilizado para tratar diversas enfermedades autoinmunes y ciertos tipos de cáncer. Actúa como inmunosupresor y antineoplásico, lo que significa que reduce la actividad del sistema inmunitario e inhibe el crecimiento de las células cancerosas.
¿Para qué se utiliza el Metotrexato?
Este medicamento se prescribe para tratar una variedad de enfermedades, incluyendo:
Enfermedades autoinmunes: Artritis reumatoide, artritis idiopática juvenil, psoriasis incapacitante recalcitrante grave, artritis psoriásica grave, enfermedad de Crohn.
Prevención del rechazo de trasplantes: Trasplante de médula ósea.
Cáncer: Leucemia linfoblástica aguda, linfoma no Hodgkin, coriocarcinoma, cáncer de vejiga avanzado, entre otros.
Administración del Metotrexato
La dosis y la forma de administración del Metotrexato varían según la enfermedad a tratar. En algunos casos, se administra una dosis única semanal, mientras que en otros, la pauta puede ser diferente. Es crucial seguir las indicaciones del médico al pie de la letra.
El Metotrexato se puede administrar de las siguientes maneras:
Efectos secundarios del Metotrexato
El Metotrexato puede causar efectos secundarios, algunos de los cuales pueden ser graves. Es fundamental informar al médico de inmediato si se experimenta alguno de los siguientes síntomas:
Dificultad para respirar con tos seca
Presencia de sangre al escupir o toser
Coloración amarillenta de la piel
Disminución o ausencia de orina
Inflamación de manos, tobillos y pies
Otros efectos secundarios comunes incluyen:
Náuseas
Pérdida de apetito
Inflamación de la boca
Dolor de cabeza
Es importante destacar que el Metotrexato se utiliza bajo estricta supervisión médica. Si bien tiene efectos secundarios potenciales, su perfil de seguridad se maneja bien con la experiencia clínica actual. En algunos casos, se puede administrar ácido folínico para reducir la toxicidad.