El metotrexato sirve para tratar algunos tipos de cáncer
Metotrexato es un fármaco antagonista del ácido fólico queactúa inhibiendo la enzima dihidrofolato reductasa, interfiriendo así en la síntesis de ADN. Por este motivo, tiene indicación como inmunosupresor y también como antineoplásico.
Dependiendo de la dosis y de la forma de administración empleada, se usa en el tratamiento de distintas patologías como la artritis reumatoide, la artritis idiopática juvenil, la psoriasis incapacitante recalcitrante grave, la artritis psoriásica grave, la enfermedad de Crohn y también en la prevención del rechazo del trasplante de médula ósea.
Adicionalmente, se utiliza en el tratamiento de diversos tipos de cáncer, como la leucemia linfoblástica aguda, el linfoma no Hodgkin, el coriocarcinoma o el cáncer de vejiga avanzado, entre otros.
Cómo administrar metotrexato
La dosis a utilizar puede variar ampliamente dependiendo de la enfermedad a tratar. En el caso de algunas presentaciones, se administra una única dosis semanal. Esta pauta de administración suele venir indicada en el envase del medicamento e incluso en el nombre, en el que aparecerá la palabra “semanal”.
En otros casos, la pauta a seguir puede ser distinta, por lo que es importante seguir estrictamente las indicaciones del médico.
Algunas de las presentaciones de metotrexato se pueden encontrar en la farmacia, mientras que otras se utilizan únicamente en el ámbito hospitalario.
Metotrexato puede administrarse en forma de:
Posibles efectos adversos del metotrexato
El tratamiento con metotrexato puede asociarse con un alto grado de toxicidad, ya que produce con frecuencia efectos adversos, por lo que se administra solo cuando se considera que el potencial beneficio clínico supera los riesgos del tratamiento.
Algunos efectos adversos deben comunicarse con rapidez al médico o farmacéutico con el objetivo de instaurar un tratamiento específico. Entre estos efectos están:
Dificultad para respirar junto con tos seca
Presencia de sangre al escupir o al toser
Coloración amarillenta de la piel
Disminución o ausencia de orina
Inflamación de manos, tobillos y pies
Otros efectos adversos comunes son las náuseas, la pérdida de apetito, la inflamación de la boca o el dolor de cabeza.
En todo caso, hoy en día se dispone de una amplia experiencia clínica con su uso, y su perfil de seguridad se maneja bien. En ocasiones, para disminuir la toxicidad, se puede administrar un tratamiento de rescate con ácido folínico.