Mi hijo come solo lo que quiere: ¿Qué hago?
Muchos padres se enfrentan al desafío de que sus hijos, especialmente a partir del año de edad, empiezan a mostrar una selectividad alimentaria marcada, rechazando alimentos que antes aceptaban y limitándose a unos pocos elegidos.
El pediatra Jesús Garrido denomina a este fenómeno como la "anorexia del primer año", un término que describe la aparente falta de apetito de los niños que, en realidad, se traduce en una preferencia marcada por ciertos alimentos.
¿Es normal que mi hijo solo quiera comer lo mismo?
Es común que los niños pasen por etapas de selectividad alimentaria. Sin embargo, es importante abordar esta situación para asegurar una nutrición adecuada y prevenir futuros problemas con la comida.
Estrategias para afrontar la selectividad alimentaria:
El Dr. Garrido ofrece consejos prácticos para padres que se enfrentan a este problema:
Eliminar los alimentos "comodín": Identifica aquellos alimentos que tu hijo siempre acepta y elimínalos de la dieta, incluso de la lista de la compra.
Ofrecer opciones saludables: Prepara una dieta equilibrada y nutritiva, similar a la que consumiría un adulto sano. No caigas en la trampa de preparar comidas especiales para el niño.
No forzar la alimentación: El hambre es el mejor aliado. Deja que tu hijo decida cuánto quiere comer de las opciones saludables que le ofreces. No te preocupes si no come mucho en una comida, se compensará en la siguiente.
Paciencia y consistencia: Cambiar los hábitos alimentarios lleva tiempo. Sé paciente y mantén la consistencia en las estrategias, evitando ceder a las presiones del niño.
Beneficios de un enfoque adecuado:
Mejora la relación con la comida: Evitar las batallas durante las comidas crea un ambiente más positivo y relajado alrededor de la alimentación.
Promueve hábitos saludables a largo plazo: Al ofrecer opciones nutritivas y permitir que el niño regule su apetito, se establecen bases sólidas para una relación sana con la comida en el futuro.
Recuerda que cada niño es diferente y puede requerir un enfoque personalizado. Si las dificultades persisten, es fundamental buscar la orientación de un profesional de la salud.