Cuando los niños son muy pequeños necesitan la ayuda de los padres para poder comer bien. A partir de los cinco años, esta rutina no debería ser un problema ni para hijos ni para padres; sin embargo, muchos de ellos se encuentran con dificultades para que sus hijos coman de forma autónoma.
“El dilema con el que se suelen encontrar es que si ellos no les dan de comer, los niños directamente no comen nada”, asegura el pediatra Jesús Garrido. Pero la verdad es que la única cosa que puede pasar es que, cuando tengan hambre, acaben comiendo ellos solos.
¿Por qué ocurre esto?
Hay posibilidades de que el niño pida que sus padres le den de comer porque prefiere eso a comer solo. De esta manera, se le está dedicando atención y para él es gratificante.
¿Cuál es la solución?
Es aconsejable llevar a cabo un pacto con él y conseguir que ese tiempo de atención dedicado en la hora de la comida, se le dedique en otro momento, por ejemplo, en actividades de ocio. Es importante que no se le regañe, sino que se le explique lo que es mejor para él. De este modo, el niño aprenderá y crecerá, se evitarán discusiones y pasar ese tiempo juntos será gratificante para ambas partes.
Bajo este concepto, se pueden solucionar todos los conflictos con los niños. Es fundamental tener como referencia el no discutir con ellos, descubrir si hay alguna necesidad que cubrir y explicarles de la mejor forma posible lo que es mejor para ellos.
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