Los niños pequeños son como las personas adultas, hay noches en las que tienen más sueño que en otras. El problema está en que muchos de ellos ponen demasiadas pegas a la hora de llevarles a la cama o para dormirse. Según el pediatra Jesús Garrido, “la situación típica es que cuando llega el momento de llevar al niño a la cama, este empieza a negarse y a pelearse con los padres”.
¿Por qué ocurre que el niño no quiere irse a dormir?
Las peleas tienen lugar porque el niño ha sido acostumbrado a que en el proceso de dormir lo hayan inmovilizado, de tal manera que ha sido forzado a dormirse cuando, por el contrario, todavía no tenía esa necesidad.
Por otra parte, también puede producirse debido a que se le han pasado las ganas de dormir, lo cual es frecuente cuando se lleva a cabo el cambio de horario. Se distinguen dos situaciones distintas:
Los padres creen que es pronto para acostar al niño: cuando se produce el cambio de horario, está acostumbrado a acostarse a una hora concreta. El problema es que el anochecer llega antes y el niño tiene un pico de melatonina que le envía el mensaje de que es la hora de dormir, cuando en realidad, posiblemente, sea demasiado pronto. Por ello, si no se le deja dormir lo que ocurrirá es que se le pasará el sueño y acabará el niño o el bebé con el sueño cambiado.
Los padres creen que es la hora de acostar al niño: cuando los padres creen que a una hora concreta deben de llevarle a la cama, el niño no tiene sueño y sigue necesitando más estímulos porque no ha cubierto su cupo diario. Si los padres insisten, el resultado será que se peleen con el niño y este se dormirá a la misma hora a la que se hubiese dormido sin haber peleado.
¿Qué se puede hacer para evitar las peleas?
Para no discutir con el niño durante un tiempo determinado, es aconsejable que los padres inviertan ese tiempo en jugar con él o distraerle hasta que le llegue el sueño. Es preferible que tenga sueño antes o después de la hora teórica planteada por los padres ya que, de ese modo, estarán ayudándole a dormirse.
Es muy importante que el niño no asocie el momento de irse a dormir como algo desagradable, ni que se altere la relación de los padres con él, además de facilitar que en el momento de sueño llegue a un sitio que asocie con el lugar donde se descansa y no se pelea.
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