La naloxona se puede utilizar por vía intravenosa o intramuscular para revertir los efectos de una dosis elevada o una sobredosis de opioides, como la depresión respiratoria. Además, se utiliza como diagnóstico ante una sospecha de sobredosis o intoxicación aguda por opioides.
Se encuentra comercializada en combinación con oxicodona, un analgésico opioide, en comprimidos de liberación prolongada. La utilidad de la naloxona en este caso es evitar el estreñimiento ocasionado por la oxicodona.
Además, la naloxona se combina con buprenorfina como tratamiento de sustitución de la dependencia de opioides en forma de comprimidos sublinguales. Por esta vía, la naloxona no presenta efectos farmacológicos, pero evita un posible uso indebido del medicamento por vía intravenosa.
¿Cómo se administra la naloxona?
La administración de naloxona por vía intravenosa o intramuscular se realiza bajo una estrecha vigilancia médica, teniendo en cuenta que el efecto del opioide puede ser más prolongado que el de la naloxona y que puede ser necesario administrar varias dosis.
Entre las reacciones adversas más frecuentes asociadas a la naloxona se encuentran náuseas, dolor de cabeza, taquicardia o desvanecimiento.