El nifedipino es un fármaco bloqueante de los canales de calcio que produce una intensa vasodilatación. Este efecto farmacológico es de utilidad en el tratamiento de la angina de pecho crónica estable, de la hipertensión arterial y en el síndrome de Raynaud, en el que se produce un estrechamiento de los vasos sanguíneos, especialmente de manos y pies, en respuesta al frío o al estrés.
El nifedipino está disponible en forma de comprimidos de liberación prolongada a una dosis de 30 mg, siendo esta la dosis inicial. Además, debido a una acción relajante sobre parte del tejido muscular uterino, está indicado en determinadas situaciones en mujeres embarazadas en las que se requiere de un retraso del parto prematuro inminente. Para esta indicación se administra exclusivamente a nivel hospitalario en forma de solución oral, con una duración que no debe exceder las 72 h de tratamiento.
Algunos medicamentos, como el antibiótico eritromicina e incluso algunos alimentos como el zumo de pomelo, pueden afectar a la actividad de nifedipino, por lo que debes informar a tu médico sobre el resto de la medicación que estés tomando.
Las reacciones adversas más frecuentes del nifedipino están relacionadas con su efecto vasodilatador. Entre ellas, se incluyen el dolor de cabeza y un aumento del edema o acumulación de líquido, por ejemplo, en piernas y tobillos, aunque con menor frecuencia, también se pueden producir taquicardia o palpitaciones.