La penicilina es un antibiótico del grupo de los betalactámicos, que actúa bloqueando la reparación y síntesis de la pared bacteriana. Entre la penicilina empleada en la actualidad, encontramos:
La penicilina es activa sobre un número importante de bacterias. No obstante, y al igual que cualquier otro antibiótico, no tiene ningún efecto frente a infecciones causadas por virus, como gripe, resfriados o la mayoría de las infecciones de garganta. También se han descrito casos importantes de bacterias resistentes a su efecto. La bencilpenicilina y la fenoximetilpenicilina están indicadas para el tratamiento de una amplia variedad de infecciones. Eso sí, antes debe demostrarse que la bacteria causante es sensible a su efecto. Se usan para tratar, entre otras:
Cómo y cada cuánto tomar penicilina
La presentación de la penicilina depende de su tipo:
La bencilpenicilina o penicilina G está disponible en el mercado en forma de inyectable intramuscular o intravenoso.
La fenoximetilpenicilina o penicilina V está disponible en el mercado como cápsulas y sobres orales.
La dosis a emplear y la duración del tratamiento dependen de la localización de la infección y de su gravedad. Deben ser definidas por el médico. Por ejemplo y en adultos:
En el tratamiento de escarlatina con fenoximetilpenicilina se pueden emplear 500 mg cada 12 horas durante 10 días seguidos.
Para otras infecciones, como forúnculo o impétigo, se pueden emplear dosis entre 125 -500 mg de fenoximetilpenicilina cada 6 horas durante 10 días.
Es recomendable tomar la fenometilpenicilina con el estómago vacío, una hora antes o dos horas después de las comidas.
Reacciones adversas de la penicilina
Las reacciones adversas más frecuentes en tratamientos sistémicos con bencilpenicilina y fenoximetilpenicilina son alteraciones gastrointestinales. También, reacciones alérgicas que se acompañan de respiración rápida, enrojecimiento y ronchas de la piel, temblores y diarrea aguada. Las penicilinas pueden originar en algunos casos reacciones alérgicas graves que pueden llegar a ser mortales. Por tanto, «advierte a tu médico y farmacéutico si eres alérgico a la bencilpenicilina, a la fenoximetilpenicilina, a otras penicilinas o las cefalosporinas», subraya Irene Suárez, farmacéutica del Consejo General de Colegios Farmacéuticos.
No obstante, el mayor riesgo de la bencilpenicilina y fenoximetilpenicilina se debe al mal uso y al abuso que hacemos de los antibióticos. Pueden aparecer resistencias que hagan que este antibiótico deje de ser eficaz. Para evitar este problema, el Ministerio de Sanidad, a través de la Agencia Española de Medicamentos, ha creado un grupo de expertos. Es el formado en el marco del Plan Nacional de la Resistencia a Antibióticos (PRAN).
Entre las principales recomendaciones, es fundamental no usar bencilpenicilina y fenoximetilpenicilina sin receta médica. Un antibiótico que te fue útil la última vez no tiene por qué serlo ahora. Además, es importante tomar o administrar el antibiótico a las horas y durante el periodo de tiempo que te haya indicado el médico. Y finalmente, se debe desechar el tratamiento sobrante en el punto SIGRE de la farmacia.
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