¿Son los probióticos en mascotas una opción para mejorar su salud?
Obviamente, la microbiota no es exclusiva de los humanos. Todas las especies animales la poseen. Las mascotas no son una excepción y pueden tener procesos de alteraciones en su microbiota (lo que conocemos como disbiosis) en cualquiera de sus mucosas: en el ámbito oral, a nivel gastrointestinal, en la piel, a nivel génito-urinario, en las vías respiratorias, etc.
Entonces, en estas circunstancias, el empleo de probióticos puede ser una herramienta útil para para mitigar este tipo de problemas.
En la actualidad, donde está la evidencia más contrastada sobre el uso de probióticos en mascotas es, por ejemplo, en perros, para el tratamiento de las diarreas agudas. Y, de hecho, funciona incluso mejor que emplear antibióticos que, actualmente, no están indicados para este tipo de problemas.
Los probióticos en mascotas son diferentes a los de uso humano
En cualquier caso, sí que hay que recordar que los probióticos destinados a mascotas -sean perros, gatos, aves o cualquier otra especie que consideremos como mascota- deben contar con una cepa bien seleccionada para cada especie.
Además, se deben seguir unos estrictos controles de calidad y tratarse de probióticos cumplimentados con estudios que demuestren la evidencia científica de su aplicación.