Probióticos y las enfermedades de tu hijo
Cada vez existe más evidencia científica sobre el papel de los probióticos en la prevención y tratamiento de algunas enfermedades, sobre todo infantiles.
Los probióticos son microorganismos vivos que, administrados en cantidades adecuadas, pueden aportar beneficios para la salud. En los niños, cada vez hay más estudios que demuestran su capacidad para modular la microbiota intestinal, contribuyendo a la prevención y tratamiento de ciertas enfermedades.
¿Cuándo pueden ser útiles los probióticos?
Diarrea aguda: En casos de diarrea aguda, especialmente si es infecciosa, el pediatra puede recomendar el uso de probióticos específicos para ayudar en el tratamiento.
Diarrea asociada a antibióticos: La diarrea es un efecto secundario común del uso de antibióticos. Los probióticos pueden ayudar a prevenir o mejorar esta condición.
Cólico del lactante: Algunos estudios sugieren que ciertos probióticos podrían ser beneficiosos para aliviar los síntomas del cólico del lactante.
Otros trastornos funcionales: El pediatra puede considerar el uso de probióticos en el manejo de otros trastornos funcionales digestivos.
Importancia de la supervisión médica
Es fundamental destacar que no todos los probióticos son iguales. Cada cepa de probiótico puede tener diferentes efectos, por lo que es crucial que sea el pediatra quien indique el tipo de probiótico, la dosis y la duración del tratamiento adecuados para cada niño y situación específica.
Los probióticos, al ser microorganismos vivos, deben almacenarse y administrarse correctamente para garantizar su eficacia. Sigue siempre las indicaciones del pediatra y lee atentamente las etiquetas de los productos.
En resumen, los probióticos pueden ser una herramienta útil en el tratamiento de diversas enfermedades en niños, siempre bajo la supervisión y recomendación de un profesional de la salud. Si tienes dudas sobre el uso de probióticos en tus hijos, consulta con su pediatra.