¿Qué hacer ante las distintas fases de la fiebre?
Cuando un niño tiene fiebre, experimenta diferentes etapas. Reconocer estas etapas y saber cómo actuar en cada una puede ayudar a controlar la temperatura y mejorar el bienestar del niño.
Aunque el vídeo asociado no proporciona detalles específicos sobre las etapas de la fiebre, podemos recurrir a información médica confiable para ampliar este punto.
¿Cuáles son las etapas de la fiebre?
Generalmente, se pueden identificar tres etapas principales:
Fase de ascenso: La temperatura corporal comienza a aumentar. El niño puede sentir frío, escalofríos y palidez en la piel.
Fase de meseta: La temperatura corporal se estabiliza a un nivel elevado. El niño puede presentar piel enrojecida, sensación de calor, sudoración, taquicardia y malestar general.
Fase de descenso: La temperatura corporal comienza a disminuir. El niño puede experimentar sudoración profusa, sed y cansancio.
¿Cómo actuar en cada etapa?
Es importante recordar que la fiebre es un mecanismo de defensa del cuerpo para combatir infecciones. Por lo tanto, no siempre es necesario eliminarla por completo, sino controlarla y brindar confort al niño.
Durante la fase de ascenso: Abrigar al niño si tiene escalofríos, ofrecerle líquidos templados y tranquilizarlo.
Durante la fase de meseta: Vestir al niño con ropa ligera, mantenerlo hidratado con líquidos frescos, ofrecerle baños con agua tibia (no fría) y administrarle antitérmicos según las indicaciones del médico.
Durante la fase de descenso: Continuar con la hidratación y permitir que el niño descanse.
¿Cuándo acudir al médico?
Es fundamental buscar atención médica si:
El niño tiene menos de 3 meses de edad.
La fiebre persiste por más de 72 horas.
La fiebre es superior a 40°C.
El niño presenta síntomas graves como dificultad para respirar, convulsiones, rigidez en el cuello, manchas rojas en la piel que no desaparecen al presionarlas, somnolencia excesiva o irritabilidad inconsolable.
Recuerda que la información proporcionada en este artículo es solo orientativa y no sustituye la consulta con un profesional de la salud.