En nuestra dieta diaria, consumimos una gran cantidad de carbohidratos de diferentes complejidades y composiciones químicas. Sin embargo, nuestro genoma solo nos permite metabolizar algunos de ellos, como la sacarosa, la lactosa y el almidón. Esto significa que muchos carbohidratos llegan a nuestro intestino sin ser digeridos, pero algunos de ellos son metabolizados por nuestra microbiota de manera selectiva y otorgan una serie de beneficios para la salud. Estos son los denominados pre y prebióticos.
¿Qué son los prebióticos?
Los prebióticos son carbohidratos, principalmente inulina, fructooligosacáridos, galactooligosacáridos y oligosacáridos de la leche materna. Recientemente, también se ha considerado a los polifenoles como compuestos prebióticos. Cuando se fermentan en el intestino, se producen una serie de metabolitos importantes para la salud del individuo, como los ácidos grasos de cadena corta, como el propionato, el butirato y el acetato.
Beneficios para la salud del consumo de prebióticos
Los beneficios para la salud del consumo de prebióticos incluyen un efecto modulador sobre nuestra microbiota, que favorece el crecimiento de bacterias beneficiosas para nuestra salud. También tienen un efecto inmunomodulador, mejoran la absorción de minerales y, según las alegaciones aprobadas por la agencia europea de seguridad alimentaria, mejoran el tránsito intestinal, reducen la respuesta glucémica y aumentan el número de deposiciones.
En resumen, los prebióticos son una excelente opción para mejorar la salud intestinal y pueden encontrarse en alimentos como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. Es importante destacar que, aunque los prebióticos tienen muchos beneficios, es esencial seguir una dieta equilibrada y variada para asegurar una buena salud.