¿Sabes cuál es la relación entre la microbiota y el alcohol? Te lo contamos en este artículo.
La conexión entre la microbiota y el alcohol
Hoy en día, el consumo de alcohol está ampliamente extendido, no solo entre adultos, sino fundamentalmente entre adolescentes y la población joven menor de 25 años.
El exceso de consumo de alcohol afecta al sistema inmunitario, incidiendo negativamente en muchos órganos vitales del organismo y produciendo cambios en la permeabilidad del intestino y en la composición de la microbiota intestinal.
Impacto del alcohol en la microbiota: puerta abierta a infecciones
No es sorprendente que un alto consumo de alcohol esté asociado a una mayor susceptibilidad a padecer infecciones de todo tipo. Además, estudios señalan el papel del eje intestino-cerebro en personas con trastorno por consumo de alcohol, con o sin enfermedad hepática alcohólica. Los productos bacterianos penetran la barrera intestinal deteriorada y causan inflamación central.
Los cambios en la microbiota intestinal afectan a la circulación enterohepática de los ácidos biliares. El abuso de alcohol provoca escasez de nutrientes vitales como la tiamina, esencial para convertir los carbohidratos en energía y desempeñar un papel crucial en la contracción muscular y la conducción de señales nerviosas.
El papel de la dieta y los probióticos
Varios estudios sugieren que los probióticos, ya sea por administración oral o transferencia de microbiota fecal, pueden aumentar los niveles intestinales de bacterias beneficiosas, mejorando así los niveles de enzimas asociados al hígado en pacientes con hepatitis. La dieta también desempeña un papel fundamental en el tratamiento de enfermedades hepáticas relacionadas con el consumo de alcohol.
Una dieta alta en fibra y baja en grasas saturadas ayuda a que la microbiota sea más capaz de mitigar la fibrosis y el carcinoma hepático. Aunque se investiga el consumo moderado de bebidas fermentadas, como el vino y la cerveza, se destaca que aquellas con más polifenoles podrían tener efectos beneficiosos sobre la microbiota, pero siempre en cantidades pequeñas, ya que altos consumos de cualquier tipo de bebida con alcohol generan un desequilibrio importante de bacterias a nivel intestinal, provocando una situación de disbiosis que resulta en inflamación y deterioro del sistema inmune, así como de diversos órganos.