28Dic. 12
El exceso de radicales libres de oxígeno y de productos derivados de la ciclooxigenasa-2 actúan en concierto para inducir alteraciones vasculares en enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial. Esta relación puede representar una nueva ruta relevante para entender el papel de la inflamación en dichas enfermedades.
La hipertensión arterial es un factor de riesgo para la enfermedad cardiovascular que afecta aproximadamente a un tercio de los adultos en las sociedades occidentales. La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en países desarrollados.
El exceso de radicales libres de oxígeno y de productos derivados de la ciclooxigenasa-2 actúan en concierto para inducir alteraciones vasculares en enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial. Esta relación puede representar una nueva ruta relevante para entender el papel de la inflamación en dichas enfermedades. Este es el hallazgo del trabajo colaborativo desarrollado por dos Grupos de Investigación de la Red de Investigación Cardiovascular (RECAVA), el coordinado por la Dra. Mercedes Salaices de la Universidad Autónoma de Madrid e Instituto de Investigación Hospital Universitario la Paz y el coordinado por el Dr. Juan Miguel Redondo del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y que va a ser publicado en el próximo número de enero de la revista Antioxidants and Redox Signalling.
Tanto el estrés oxidativo (desequilibrio entre la producción de especies reactivas de oxígeno y la capacidad de detoxificarlas rápidamente) como los prostanoides (derivados de ácidos grasos) producidos por la enzima inflamatoria ciclooxigenasa-2, están implicados en la patogenia de la hipertensión arterial, afectando, entre otros órganos, a los vasos sanguíneos. Por eso, intervenir en la relación entre ambos tipos de mediadores podría ser una opción terapéutica prometedora para revertir las alteraciones vasculares provocadas por la hipertensión. El propósito de este trabajo fue estudiar si efectivamente existía una relación recíproca entre el estrés oxidativo y los productos derivados de la ciclooxigenasa-2 y si dicha relación tenía un papel en las alteraciones vasculares observadas en la hipertensión.
Para evaluar esta hipótesis se utilizaron dos modelos animales, unos con hipertensión espontánea y otros a los que se les había inducido hipertensión usando Angiotensina II, un potente agente vasoconstrictor involucrado en el desarrollo y mantenimiento de la hipertensión arterial. Los investigadores de la RECAVA evaluaron en estos animales el efecto de fármacos antioxidantes y de un inhibidor selectivo de la ciclooxigenasa-2. Tanto los antioxidantes utilizados como el inhibidor de la ciclooxigenasa-2 previnieron el desarrollo de hipertensión inducido por Angiotensina II y normalizaron las respuestas vasoconstrictoras incrementadas y las respuestas vasodilatadoras disminuidas, observadas en animales hipertensos.
Además, los fármacos antioxidantes disminuyeron el incremento en la expresión de la ciclooxigenasa-2 observado, en la liberación de prostanoides sintetizados por ciclooxigenasa-2 y en la participación de los mismos en las respuestas vasoconstrictoras. Por su parte, el tratamiento de los animales con el inhibidor de la ciclooxigenasa-2 normalizó distintos parámetros relacionados con el estrés oxidativo que estaban incrementados en animales hipertensos. Entre estos parámetros se encuentran la producción de distintos radicales libres (anión superóxido y peróxido de hidrógeno), su participación en las respuestas vasoconstrictoras y la elevada expresión de enzimas sintetizadoras de dichos radicales. Como consecuencia del efecto de dichos tratamientos con los antioxidantes y con el inhibidor de ciclooxigenasa-2, se observó una mejoría significativa en la disponibilidad del mediador vasodilatador óxido nítrico.
El estudio de la RECAVA demuestra por tanto que el exceso de radicales libres de oxígeno y de productos derivados de la ciclooxigenasa-2 actúan de forma coordinada para inducir alteraciones vasculares e hipertensión arterial. Los investigadores de la RECAVA consideran que esta relación puede representar una nueva ruta relevante para entender el papel de la inflamación en las enfermedades cardiovasculares tales como la hipertensión, así como para el desarrollo de nuevas intervenciones terapéuticas.
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