Investigadores suecos y norteamericanos han realizado un estudio en el que han comprobado que la radiación del escáner cerebral por tomografía computerizada puede provocar en niños un retraso en su aprendizaje. El equipo alerta de que actualmente se está llevando a cabo esta técnica incluso en casos de traumatismos leves en los que no sería necesaria.
Este estudio ha sido realizado por investigadores suecos del Instituto Karolinska en Estocolmo y norteamericanos de la Harvard School of Public Health. Su conclusión es que las tomografías computerizadas del cerebro (también conocidas como TACs) sólo deben realizarse en niños si es absolutamente necesario, ya que han encontrado evidencias de que realizar esta prueba antes de los 18 meses de edad puede provocar un retraso en el desarrollo mental del niño.
Los investigadores estudiaron el caso de más de 3.000 hombres que en su infancia habían recibido radiación entre 1930 y 1959, cuando aún no habían cumplido el año y medio de edad. Y después recopilaron y analizaron los expedientes académicos de los sujetos, comparando sus resultados con los de aquellos compañeros que no había sido sometidos a tomografías computerizadas del cerebro. Ambos equipos encontraron una conexión entre la cantidad de radiación recibida y las dificultades en el aprendizaje que sufrieron en los años posteriores.
Radiación ionizante
El escáner por tomografía computerizada, con el que se consigue más detalle que con los rayos X convencionales, utiliza niveles ínfimos de radiación ionizante. Estudios anteriores habían sugerido que altas dosis de esta radiación podía perjudicar el desarrollo del cerebro humano, pero se conocía poco de los efectos de las dosis más pequeñas. La exposición a altas dosis de radiación X también fue relacionada hace años con el riesgo de cáncer.
En los resultados publicados en el British Medical Journal, el doctor Per Hall, jefe del equipo sueco, reconoce los innegables beneficios del escáner por tomografía computerizada, pero hace un llamamiento a todos los especialistas para que tengan precaución a la hora de decidir cuándo utilizar esta tecnología. En el estudio, el equipo de investigadores escribe que «la tomografía computerizada cada vez está siendo más utilizada para explorar traumas menores en niños», por lo que es necesario «evaluar de forma estricta los riesgos y beneficios».
Según el doctor Hall y su equipo, cada año se realizan 1,5 millones de escáneres por tomografía computerizada, a menudo con niveles de radiación superiores a los empleados en el estudio. Por ello, sugieren que los médicos sean todavía más prudentes a la hora de decidir si debe realizarse esta prueba a un niño.
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