Alergia a la leche

09May. 02

El Hospital Germans Trias i Pujol en Badalona acogió unas jornadas sobre la alergia a las proteínas de la leche de vaca. En ella, se pidió una mayor colaboración entre alergólogos y pediatras para evitar los diagnósticos erróneos.

La Alergia a las Proteínas de Leche de Vaca (APLV) es un síndrome en el que el niño presenta una sensibilidad a estas proteínas, absorbidas por la mucosa intestinal. En el 90 por ciento de los casos suele manifestarse durante los seis primeros meses de vida, coincidiendo con el inicio de la lactancia artificial. Sus síntomas son cutáneos (picor, hinchazón), digestivos (vómitos, diarrea) y, en raras ocasiones, pueden darse reacciones severas como la anafilaxia que puede provocar dificultad respiratoria.

Hoy, se cree que este síndrome afecta a entre un uno por ciento y un siete por ciento de los recién nacidos, siendo la principal urgencia alergológica diagnosticada en pediatría que requiere una asistencia inmediata.

Características de la APLV

La incidencia de la APLV ha crecido en los últimos años, según el doctor Enric Martín Guadaño, director de la Unidad de Alergología del hospital, por dos razones básicas, «primero que la mujer cada vez se incorpora de forma más temprana al mundo laboral después de tener al niño por lo que recurre antes a la leche artificial» y por otro lado, que también adelanta la introducción de la leche de vaca artificial «por razones de comodidad». Por ello, el alargar la lactancia materna es la mejor forma de prevención.

En determinados casos el diagnóstico puede ser muy fácil, pero en otros puede estar enmascarado ya que los síntomas son comunes a otras afecciones. Según el doctor Martín, «los estudios a nivel nacional e internacional detectan que la mitad de los niños que son remitidos a unidades de alergia para su estudio, son casos negativos».

Esta elevada cifra de errores insta a que pediatras y alergólogos colaboren en una correcta detección y control de la APLV para evitar que «por unos fenómenos inespecíficos, como una erupción que coincida con otro tipo de problema, se etiquete al niño con que tiene alergia a proteína de leche de vaca y se le obligue a estar tratándose unos años con otra lactancia cuando no le haría falta».

Si es diagnosticada la alergia, la leche de vaca es sustituída por una lactancia alternativa, «que tanto puede ser de soja, vegetal, o de hidrolizados de leche de vaca, que el niño tolera perfectamente», explica el doctor Martín. Según este especialista, estos sustitutivos aportan todos los componentes nutritivos que un niño necesita para su desarrollo, como el calcio, por lo que no debe preocupar a los padres que el no ingerir leche de vaca afecte a la salud del niño o niña.

Finalmente, este especialista barcelonés manda un mensaje tranquilizador a los padres, recordándoles que la APLV «es el único o de los pocos tipos de alergia en los que el niño, en un momento determinado, el niño va a poder volver a tolerar» y añade que «el 80-90 por ciento cuando lleguen a los tres o cuatro años de vida, podrán tolerar la leche perfectamente, después de efectuarles un nuevo control en el hospital».