Algunos antidepresivos pueden beneficiar a los pacientes con enfermedad de Parkinson en estados iniciales

Un estudio del Departamento de Farmacología y Terapéutica Experimental del University Medical Center en Boston concluye que algunos antidepresivos de amplio uso benefician a los pacientes con esta enfermedad, al inhibir el transporte de dopamina.

Algunos antidepresivos de amplio uso pueden beneficiar a los pacientes con enfermedad de Parkinson en sus estados iniciales, al inhibir el transporte de dopamina. Esta es la conclusión de un estudio elaborado por el Departamento de Farmacología y Terapéutica Experimental del University Medical Center en Boston.

El equipo de investigadores, liderado por el doctor Björn H. Falkenburger, ha descubierto una inhibición dendrodendrítica que no coincide con el patrón de una sinapsis convencional. Mediante registros amperométricos de la sustancia negra en el cerebro de los ratones, han encontrado que el bloqueo del transportador de dopamina suprime la secreción dendrítica de la misma.

El hallazgo demuestra que la autoinhibición dendrodendrítica se asocia a la liberación de dopamina mediada por un transportador más que a la exocitosis convencional, lo que sugiere que algunos antidepresivos de uso extendido que inhiben el transporte de dopamina puede beneficiar a los pacientes con enfermedad de Parkinson en un estado inicial.

Hasta ahora, el fármaco Levodopa era el agonista dopaminérgico más utilizado por los especialistas para reducir la progresión del Parkinson. Pero se sospecha que tras unos años utilizando este fármaco, el paciente deja de responder porque el déficit endógeno de dopamina aumenta y las oscilaciones del efecto dopaminérgico alejan al paciente del funcionamiento normal del sistema.

Antioxidantes contra el envejecimiento celular

Otra línea que se está experimentando es la neutralización del estrés oxidativo por efecto de los radicales libres mediante fármacos antioxidantes. La acumulación de radicales libres puede provocar la muerte de las células cerebrales.

En el Parkinson se han encontrado alteraciones neuroquímicas que sugieren un estrés oxidativo, que puede desembocar en esta enfermedad o en otra importante enfermedad neurodegenerativa, el Alzheimer. Por ello, distintos grupos de investigación también trabajan con moléculas antioxidantes.