Canal: Dermatología , Salud Mujer
11Jun. 12
Comer espinacas, lechuga, mango, kiwi, calabaza o zanahoria durante el verano y de una manera habitual ayuda a broncear la piel sin necesidad de exponerse al sol.
Esto se debe a que contienen las vitaminas betacaroteno y alfacaroteno, precursoras de la vitamina A, que protegen la piel de los daños solares e incrementan la formación de melanina, defensa que tiene el cuerpo para protegerse de las radiaciones del sol.
Por tanto, según ha asegurado a Europa Press el experto en estética y cirugía, Moisés Martín Anaya, no se necesita abusar del sol para conseguir el bronceado que la mayor parte de los ciudadanos desean obtener durante el verano sino que puede bastar con la ingesta habitual de estos alimentos. «Si uno quiere broncearse no tiene por qué ser a través de un baño solar ya que con esta vitamina lo puedes conseguir», ha recalcado.
Y es que, a pesar de que el sol ofrece beneficios muy importantes para el organismo porque aporta energía, es antidepresivo, libera hormonas y da una sensación de bienestar, es también un «gran enemigo» que puede causar enfermedades «muy graves», como el melanoma, si no se toman las precauciones necesarias.
Hidratarse, factor de protección mayor de 15 y usar ropa holgada
Por ello, es importante realizar una buena hidratación para evitar la sequedad de la piel; usar cremas con factor de protección a partir de 15, cuidando, especialmente, la cara y el cuello: utilizar ropa holgada, y evitar las exposiciones al sol entre las 12 y las 17 horas por ser el momento en el que los rayos son «más oblicuos» y la radiación infrarroja y ultravioleta es mayor.
«Hay que echar la crema 30 minutos antes de la exposición al sol y luego cada dos o tres horas si no te has bañado o no has realizado ejercicio físico en el que hayas sudado. En estos casos, hay que aplicar de nuevo la crema y, además, en el caso de los niños y ancianos el factor de protección tiene que ser mayor de 15, al igual que el que se aplica en la cara y en el cuello porque son las zonas en las que la piel es más débil», ha comentado Martín Anaya.
En este sentido, este experto ha desmentido el «mito» que hay en la sociedad sobre el hecho de que cuando la piel está bronceada ya se está protegido ante el sol. «Las personas creen que una vez que se está moreno ya no hay que protegerse y eso es una falsedad absoluta ya que la radiación solar en las células produce un efecto acumulativo y, aunque ya no haya quemaduras, no previene los daños a largo plazo que ocasionan el sol. Y es que, los rayos dañan las células, el núcleo, y empiezan a funcionar de una manera anárquica y hace que se incrementen los cánceres de piel», ha recalcado.
Un reciente estudio asegura además que las personas que han tenido cinco quemaduras a lo largo de su vida por una exposición solar han incrementado «el doble» la posibilidad de tener en un futuro un cáncer de piel. Por ello, Martín Anaya ha instado a las personas que tienen menos cantidad de melanina en la piel a que acudan a un especialista en el momento en el que sufran algún tipo de quemaduras y no se autodiagnostiquen ya que puede ser «muy perjudicial» para su salud.
«Piel bronceada de joven es una piel envejecida de mayor», ha afirmado el doctor para recordar también la importancia del sueño a la hora de tener una piel saludable puesto que es el momento en el que organismo «repara» todas aquellas pequeñas lesiones que se hayan formado. «Si no duermes bien, no puedes tener la piel bien», ha subrayado.
El melanoma afecta a todas las edades
La importancia de seguir estas advertencias y recomendaciones radica en el hecho de que en las tres últimas décadas se han multiplicado «por dos» la incidencia de tumores de la piel y de que, entre las mujeres de 20 y 29 años, se está convirtiendo en el segundo cáncer más frecuente.
Asimismo, según datos de la Academia Española de Dermatología y Venereología, la incidencia en España del melanoma aumenta un 7 por ciento cada año especialmente entre los más jóvenes. No obstante, Martín Anaya ha asegurado que estas cifras son mayores debido a que las personas adultas sufren más tipos de enfermedades y que, por tanto, las estadísticas de los casos de melanoma aumentan entre las personas de 25 y 29 años.
«Afecta a todas las edades, lo que pasa es que hay otras enfermedades que aumentan estadísticamente con la edad y que van dejando a un plano menor de importancia el cáncer de piel», ha aseverado. Dicho esto, ha comentado que en las regiones del sur de España hay un mayor número de casos con este tipo de cáncer al igual que en las zonas de mayor altitud. En este sentido, ha recordado que por cada 300 metros de altitud la amenaza de los rayos solares se incrementa en un «4 por ciento».
Con todos estos datos, Martín Anaya ha asegurado que «falta bastante concienciación» por parte de la sociedad de los peligros que acarrea la exposición al sol y ha destacado la necesidad de que los expertos incidan «mucho más» en el cuidado de la piel.
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