Recientes estudios revelan que un tercio de la población española sufre molestias dispépticas, un trastorno digestivo causado por una mala absorción de las grasas de la comida que puede dar lugar a molestias como dolor abdominal, aerofagia o pirosis. La principal causa es una mala alimentación, con demasiadas grasas y poco tiempo para digerirlas, propia de la cultura de la comida rápida a la que el ritmo de vida actual nos ha acostumbrado.
Demasiados alimentos ricos en grasas, comer rápido, comer fuera de casa con frecuencia, con poco tiempo, con estrés y también los abusos de café o alcohol son algunas de las causas de la dispepsia señaladas por el doctor Salvador Giménez, médico de Atención Primaria en el Centro Médico París, especializado en trastornos digestivos.
Este especialista estima que el tres por ciento de visitas en Atención Primaria se debe a problemas digestivos y de ellos, «en el 30 por ciento de los casos, suele tratarse de una dispepsia». Este problema afecta principalmente a mujeres, y a ambos sexos a partir de los 35 años.
«Las dispepsias son una enfermedad mal definida, pues su diagnóstico suele hacerse por exclusión de otros trastornos digestivos», lamenta el doctor Giménez, quien destaca también otras causas orgánicas que pueden empeorarla, como las úlceras de duodeno o estómago y causas funcionales, como malfunciones hepatobiliares que resultan en un déficit en la secreción de bilis.
Este conjunto de factores hace que el exceso de grasas sumado a la tensión y el estrés, sobrecarguen el hígado y la vesícula provocando una sensación de saciedad y flato que puede llegar a resultar desde una molestia pasajera a un dolor persistente e incapacitante.
La alcachofa, una opción en estudio
En los últimos años, especialmente en Alemania, se han llevado a cabo estudios que valoran el beneficio del consumo de alcachofa a la hora de aliviar los síntomas de la dispepsia. Estas propiedades se deben a principios activos contenidos en las hojas de esta planta como los ácidos fenólicos y los flavonoides, componentes que estimulan la secreción de bilis y que, por tanto, facilitan la digestión de grasas. Sin embargo, en algunos casos es difícil conseguir consumir la dosis adecuada de fenólicos y flavonoides mediante la planta natural, por lo que algunos médicos recomiendan un suplemento a través de productos de fitoterapia.
Según el doctor Jiménez, «hay suficiente constancia de la eficacia de este tipo de productos en las dispepsias», y añade que «el uso de estos productos de fitoterapia puede ayudar a absorber mejor las grasas, consigue aumentar la producción de bilis y mejorar los síntomas como aerofagia, pirosis, o dolores abdominales».
Pero, en estos casos, la calidad de la planta de la que se extraerán estos principios activos es esencial. Según María José Alonso, vocal sobre plantas medicinales del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona, «la calidad es especialmente necesaria en el caso de las plantas medicinales y esta calidad viene dada por la calidad del cultivo, la pureza de la planta, que haya crecido no expuesta a contaminantes ni parásitos, su secado y, finalmente, el modo de extracción de sus componentes terapéuticos».
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