13Dic. 07
No dejes pasar más tiempo y empieza a disfrutar de los beneficios de la dieta mediterránea. Varios estudios han demostrado su eficacia como factor protector frente a multitud de enfermedades. Así nos lo explica el Dr. Ramón Estruch.
Según el Dr. Estruch, Coordinador del Estudio PREDIMED (PREvención con DIeta MEDiterránea) y consultor senior de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona, «la Dieta Mediterránea es uno de los mejores patrones dietéticos». «Varios estudios han señalado su eficacia como factor protector frente a las enfermedades cardiovasculares, distintos tipos de cáncer, las enfermedades neurodegenerativas e incluso el envejecimiento», recordó.
Los beneficios de la Dieta Mediterránea se intuyeron por primera vez al analizar los resultados del estudio de los Siete Países y constatar que la esperanza de vida de los habitantes en los países mediterráneos era la más alta de mundo, mientras que las tasas de cardiopatía isquémica eran las más bajas». El experto ha explicado que aunque existen distintas variedades, los componentes principales de esta alimentación son:
-un elevado consumo de cereales, frutas, verduras, frutos secos y legumbres;
– el aceite de oliva como fuente principal de la grasa;
– un consumo moderado de pescado, pollo, leche y productos lácteos (especialmente en forma de queso fresco y yoghurt);
– bajo consumo de carne y productos cárnicos, junto a
– un alto grado de actividad física y un consumo moderado de vino.
Otros estudios posteriores de cohorte de amplia casuística han confirmado que un alto grado de adherencia a esta dieta se asocia a una reducción de la mortalidad global y de la mortalidad cardiovascular. Asimismo, en estudios de intervención de moderado tamaño muestral, tras el consumo de la Dieta Mediterránea, o algunos de sus componentes, se han observado reducciones de la presión arterial y mejoras en el perfil lipídico y la función endotelial.
Por lo tanto, los resultados de diferentes estudios sugieren distintos efectos beneficiosos de la Dieta Mediterránea sobre marcadores de riesgo cardiovascular, lo que proporcionan plausibilidad biológica a la evidencia obtenida en los estudios epidemiológicos. No obstante, Estruch aseguró que «la mayor evidencia científica se obtiene de los ensayos clínicos de intervención en los que se valoran los efectos sobre variables primarias como mortalidad o incidencia de complicaciones cardiovasculares mayores».
Hasta el momento actual sólo se ha realizado un ensayo clínico que haya probado la eficacia de una Dieta Mediterránea en la prevención secundaria de la enfermedad cardiovascular, el «Lyon Diet Heart Study» y actualmente se está realizando el estudio PREDIMED («PREvención con DIeta MEDiterránea») que pretende evaluar la eficacia de esta dieta en la prevención primaria de este tipo de enfermedades», relató.
El Dr. Estruch comentó que muchos de los beneficios de la dieta mediterránea se atribuyen a su elevado contenido en ácidos grasos monoinsaturados y vitaminas. «El aceite de oliva es uno de los elementos más emblemáticos de esta dieta y sus efectos beneficiosos se han relacionado con su alto contenido en ácido oleico, así como en los compuestos fenólicos presentes en el aceite de oliva virgen».
Estruch, hizo referencia a los resultados recientes del estudio EUROLIVE, un estudio de intervención en una población europea, «muestran que los aceites ricos en compuestos fenólicos, como el virgen, son mas efectivos mejorando el perfil lipídico reduciendo el daño oxidativo a los lípidos que los aceites de oliva con menor contenido fenólico. Los frutos secos y el vino son también alimentos típicos de la Dieta Mediterránea. Diversos estudios han mostrado que el consumo frecuente de frutos secos reduce el riesgo de padecer enfermedad cardiovascular y que el consumo moderado de vino, especialmente el tinto, tiene un efecto protector sobre la mortalidad cardiovascular, infarto de miocardio y accidentes vasculares cerebrales».
Por último el experto atribuyó gran parte de los beneficios de la dieta mediterránea tanto a su composición en macro y micronutrientes, como a la preservación y cocinado de los mismos. Destacó que la correcta preparación de los alimentos antes de proceder a su cocinado es clave para proteger sus cualidades tanto organolépticas como sobre la salud.
Asimismo, aseguró que el tipo de cocción de verduras y hortalizas determina la conservación de su contenido en vitaminas y minerales. Del mismo modo, el tipo de fritura (cantidad y tipo de aceite utilizado) puede condicionar, por ejemplo, la protección o, por el contrario, la aparición de determinadas enfermedades como hipertensión arterial, diabetes u obesidad.
En conclusión, según el Dr. Estruch, los médicos y nutricionistas, a parte de velar por el mantenimiento de la Dieta Mediterránea tradicional en nuestra sociedad, también han de preocuparse por la calidad de los alimentos, su conservación y métodos de cocinado, para mejorar sus efectos sobre la salud.
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