03Abr. 03
Ésta es una de las afirmaciones que el Profesor Arthur Körnberg, Premio Nobel de Medicina en 1959 por la síntesis del ADN, hace con respecto a los planes estratégicos que gobiernos e instituciones imponen en investigación médica. Estas declaraciones han tenido lugar en la ponencia magistral que Körnberg ha realizado durante la jornada "50 años después del descubrimiento del ADN".
En abril de este año se cumple medio siglo desde que los científicos James Watson y Francis Crick daban a conocer la estructura molecular del ADN, a través de un artículo publicado en la revista Nature. En aquel momento el impacto de este descubrimiento no fue muy grande, todo lo contrario de lo que pasa actualmente con los avances científicos de este calibre. El desarrollo de las tecnologías de la información ha hecho que la divulgación social de los descubrimientos científicos sea cada vez mayor. Ésta ha sido la base de la jornada sobre la divulgación científica en la sociedad de la información en la que Körnberg ha realizado su ponencia magistral: «Biotecnología y la revolución de la ingeniería genética: impacto en investigación básica, medicina y sociedad».
Durante el último siglo han tenido lugar avances muy importantes en el campo de las ciencias biomédicas, entre estos avances está el desarrollo de la bioquímica y la genética o la aparición de la biotecnología. «Cuando yo era un estudiante de medicina hace unos 60 años se prestaba muy poca atención a la genética o a los factores hereditarios y nunca pensábamos que esto se pudiera expresar a través del lenguaje de la química», explica Arthur Körnberg. Sin embargo, ahora ya se puede considerar que «la era de la caza del gen innegablemente es la era más dorada en la historia de la medicina», señala el premio Nobel.
Pero tan importante como el avance de la genética es otro desarrollo menos conocido, «que no tiene aplicaciones evidentes pero yo creo que llevará a desarrollos prácticos notables, hago referencia a la unión de las diferentes ciencias biológicas: farmacología, patología, etc., que se han reunido en una sola disciplina que ha surgido porque se expresa en una sola lengua universal, la lengua de la química. La química es un lenguaje internacional, para siempre, explica de donde venimos, lo que somos y en qué nos permitirá convertirnos el mundo físico», sostiene Körnberg.
En defensa de la investigación básica
El progreso y las innovaciones llevadas a cabo en biotecnología e ingeniería genética han producido problemas serios en la investigación básica, Arthur Körnberg afirma en este sentido: «quiero contarles mi profunda preocupación por la planificación de gobiernos, instituciones y universidades para aumentar la inversión en biotecnología, lo cual inevitablemente se realiza a expensas de la investigación básica».
«Se nos dan planes estratégicos que nos proponen y a menudo se nos imponen, pero estos planes tienen un defecto fundamental porque los descubrimientos importantes a menudo son imprevistos, son producto de la casualidad y los mejores planes a lo largo de muchas décadas han consistido en no tener plan porque nos falta el conocimiento esencial», de esta forma defiende Arthur Körnberg la investigación básica en medicina.
Continuando en esta línea declara: «Puede parecer poco razonable que para resolver un problema urgente como la enfermedad vayamos detrás de temas aparentemente no relacionados en la física, en la química, en la ciencia básica, sin embargo quiero repetir que el llegar a entender estos temas básicos, estos hechos de la naturaleza a lo largo de la historia de la ciencia médica han demostrado ser la forma más práctica y rentable de llegar a los fármacos y los dispositivos con los que contamos hoy».
Comúnmente se dice que la necesidad es la madre de la invención, pero para este investigador esta afirmación no es cierta, ya que muchas invenciones han debido esperar muchos años para convertirse en necesidades, por tanto es la invención la madre de las necesidades. Esto le lleva a concluir que: «la inversión en investigación básica es invertir en el futuro de la medicina y las invenciones pioneras son la fuente de la fuerza industrial».
_ Arthur Körnberg (Nueva York, 1918) Premio Nobel en 1959 (junto a Severo Ochoa, de quien era discípulo) por la primera síntesis in vitro de ADN. Se formó como médico en la Universidad de Rochester y ejerció de internista en el Memorial Hospital de esta universidad entre 1941 y 1942. En 1946 fue alumno de Severo Ochoa en el departamento de Química y Farmacología del New York College of Medicine. Posteriormente comenzó a investigar en la sección de nutrición del departamento de fisiología de esta universidad y , entre 1947 y 1953 fue jefe de la sección de enzimas y metabolismo en los Institutos Nacionales de Salud, en Bethesda, Maryland. Investigó sobre ácidos nucleicos y control de la herencia en animales, plantas, bacterias y virus. Es miembro de la American Academy of Arts and Sciences, de la National Academy of Sciences y de la American Philosophical Society._
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