04Mar. 03
Durante el II Curso Patología Alérgica Laboral diferentes especialistas se reunieron para informar y debatir sobre este tipo de enfermedad profesional, sus diferentes tipos, orígenes, diagnóstico, notificación de casos y legislación.
Sobre la incidencia del asma laboral en concreto, el doctor Antonio Valero Santiago, co-director del curso, afirmó que aproximadamente «el seis por ciento de los casos de asma están relacionados con el medio laboral». Y subrayó que ésta es, actualmente, «la enfermedad respiratoria más importante en patología laboral, tanto por su frecuencia como por la problemática socioeconómica que genera.
En cuanto al conocimiento de los especialistas españoles sobre asma ocupacional, este especialista del Hospital Clínico de Barcelona afirma que «tanto la especialidad de Neumología como de Alergología tienen unos conocimientos importantes sobre el tema» y añade que ambas especialidades están «en la avanzadilla de la parte clínica, pero no así en la parte de la investigación de los mecanismos fisiopatológicos».
Otro de los ponentes del curso, el doctor Santiago Quirze, del Servicio de Alergia del Hospital Fundación Jiménez Díaz en Madrid, habló de los principales alergenos. «Merece la pena destacar sustancias químicas de bajo peso molecular como los isocianatos, que tienen muchas aplicaciones en la industria. Pero también sustancias de alto peso molecular que también inducen asma, como es el caso de las harinas y otros materiales que se utilizan mucho en la industria alimentaria, como por ejemplo las enzimas o el látex en el medio sanitario», detalla el doctor Quirze.
Algunos de los factores predisponentes, de los que se hablaron en el curso, son la atopía, la hiperreactividad bronquial, el hábito tabáquico y las circunstancias de la exposición, intensidad y duración. El pronóstico varía también según varios factores, pero el más importante es la rapidez del diagnóstico. Según el doctor Quirze, «el pronóstico se ve determinado sobre todo por el que cese la exposición a la sustancia que provoca el asma lo antes posible».
Dificultades del diagnóstico
Con un diagnóstico exacto y objetivo, la persona afectada debe sentirse apoyada legalmente ante su empresa para exigir una reubicación a un puesto donde no esté expuesto al alergeno. «La legislación lo reconoce como enfermedad profesional y hay que retirarle y que cese por completo la exposición. En algunas empresas es posible proceder a una reubicación del trabajador», explica el doctor Quirze. Sin embargo, añade que si al trabajador «no se le garantiza que cesa completamente la exposición, tiene que cambiar de trabajo o solicitar una incapacidad laboral».
Pero a veces este diagnóstico exacto del problema, no es tan sencillo, según este especialista de la Fundación Jiménez Díaz, porque a muchos afectados «no se les envía a los centros adecuados, tanto médicos como administrativos. El problema es que el trabajador desconoce, por un lado la enfermedad que está sufriendo, y por el otro, los recursos administrativos y sanitarios que pueden ponerse a su disposición».
En este sentido, una de las reivindicaciones expuestas por los profesionales reunidos fue la necesidad de más unidades de provocación (actualmente sólo existen dos en nuestro país) y de mejorar la prevención primaria y secundaria.
Finalmente, el doctor Antonio Valero nos habló del registro de casos de asma ocupacional que la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha puesto en marcha bajo el nombre EROL (enfermedades respiratorias de origen laboral). «Se ha visto es que hay una carencia de registro de todo este tipo de patología laboral respiratoria en general y con EROL se pretende contactar con cualquier médico que esté en contacto con trabajadores con esta patología, para registrar los casos que se ven y se diagnostican».
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