Aspectos positivos y negativos de la sanidad pública española

10Ene. 05

El informe anual del Observatorio del Sistema Nacional de Salud, correspondiente a 2003 ha detectado un "deterioro relativo" de la sanidad pública española debido a la congelación del gasto sanitario público y al aumento progresivo del gasto farmacéutico.

El aumento de la demanda asistencial con motivo del aumento de la población en un 2,1 por ciento respecto a 2002 y el envejecimiento progresivo de la misma, requiere de una mayor inversión para mejorar la atención a los pacientes. Pero como recordó Fernando Lamata, Secretario General de Sanidad, durante la reciente presentación del informe, «mientras en países de nuestro entorno se aumentaba el esfuerzo para mejorar los servicios y responder a la demanda, en España no se hizo el mismo esfuerzo». De este modo, mientras que en nuestro país entre 1992 y 2002, el Gasto Sanitario Público en relación con el PIB pasó de 5,6 a 5,4 por ciento, en Reino Unido pasaba de 5,8 a 6,4 y en Portugal subía más de dos puntos.

En cuanto la evolución del gasto en medicamentos durante el período analizado, el incremento se situó en casi un 13 por ciento más que el año anterior. En una década (1992-2002), el peso de la factura farmacéutica, ha aumentado 5,6 puntos.

Aspectos como estos, han contribuido a una peor valoración por parte de los ciudadanos de los índices de satisfacción, que entre 1995 y 2003 han pasado de 7,35 a 6,83 en atención primaria, de 7,17 a 6,56 en consultas externas de atención especializada y de 7,60 a 6,96 en hospitalización.

La sanidad pública española entre las mejores del mundo

Sin embargo, según Fernando Lamata, este informe también constata «un buen funcionamiento de la sanidad pública en general, con un enorme potencial y gran aceptación por parte de la sociedad». El Sistema Nacional de Sanidad (SNS) continúa prestando, en general, un servicio de calidad ya que mantiene una cobertura universal, con una red completa de servicios y una dotación de buenos profesionales, que consiguen unos resultados en salud muy buenos, lo que convierten a la sanidad pública española «en una de las mejores del mundo», en palabras de Lamata.

Más datos positivos acerca de los indicadores de salud se refieren a la Esperanza de Vida al Nacer que una de las más latas del mundo o a la mortalidad infantil que coloca a España en segundo lugar de Europa.

No obstante, el trabajo del Observatorio también revela que el SNS debe afrontar enfermedades derivadas del propio estilo de vida como por ejemplo la diabetes, la obesidad la hipercolesterolemia o las enfermedades cardiovasculares. En este sentido, se han de desarrollar más estrategias dirigidas a la prevención de estas enfermedades ya que muchas de ellas son crónicas y comportan un aumento muy importante en la demanda asistencial.

El informe también aborda las desigualdades en por sexo, clase social o trabajo desempeñado. Por sexo, mientras que un 23,7 por ciento de los hombres afirma tener mala salud, en el caso de la población femenina el porcentaje alcanza el 32,3 por ciento. Y en cuanto a los dos aspectos restantes, se observan diferencias en detrimento de la salud de los individuos con ocupaciones manuales y clase social más baja.

El informe

El informe anual sobre el Sistema Nacional de Salud analiza ocho áreas temáticas: el gobierno de la Sanidad, la cobertura, el acceso y gestión, la financiación, la provisión de servicios, los indicadores de salud, la opinión de los ciudadanos y las reformas sanitarias recientes. Y en futuras ediciones se presentará el informe al finalizar el primer semestre del año y según ha afirmado Lamata, va a ser «una herramienta valiosa para la mejor orientación de las políticas de salud».

A partir de los datos ofrecidos, el Ministerio de Sanidad y Consumo apuesta por impulsar políticas de prevención, moderar el crecimiento del gasto farmacéutico, garantizar la financiación adecuada del SNS, estimular el desarrollo profesional, corregir las desigualdades en salud, fomentar la cooperación entre los Servicios de Salud de las Comunidades Autónomas y desarrollar políticas de garantía de calidad en los servicios sanitarios.

Fernando Lamata ha asegurado que en el año 2004 ya se han comenzado afrontar los retos señalados y que el 2005 «supondrá un impulso decidido a estas políticas con el objetivo de frenar el deterioro que se había iniciado en la sanidad y conseguir recuperar y superar los magníficos resultados de la sanidad pública española con el protagonismo de las CC.AA y los profesionales sanitarios».