Barcelona acoge el XXVII Congreso de la Academia Europea de Alergología e Inmunología Clínica (EAACI)

Más de 7000 expertos asistirán del 7 al 11 de junio a las jornadas que se celebrarán en el Centro de Convenciones Internacional de la capital catalana.

Bajo el lema Desde la Pediatría a la Geriatría , los congresistas (la mayoría alergólogos) intercambiarán conocimientos y darán a conocer los últimos estudios de investigación y educación sobre estas patologías. Además, debatirán las formas de combatir el incremento en el número de afectados. Y es que cada vez son más las personas, de cualquier edad, sexo y nacionalidad, las que padecen algún tipo de alergia. En el caso de Europa, el número se eleva a los 100 millones, de los cuales, una cuarta parte son niños.

Tal y como indica el profesor Roy Gerth van Wijk, presidente de la EAACI, se trata de la cita «más importante en el campo de la Alergología europea» ya que reúne a los mejores especialistas de los cinco continentes. En ocasiones, habrá hasta 15 salas de debate que trabajarán simultáneamente y, de forma paralela, también se celebrará la II Reunión de Enfermería en Alergología.

¿Por qué ha aumentado el número de afectados por una alergia?

Nuestro entorno ha cambiado. Por un lado, el cambio climático ha provocado que las temperaturas de determinadas zonas del planeta varíen de forma radical, lo que ha originado que se modifique el tiempo de polinización. Por el otro, año tras año, las ciudades presentan un ambiente contaminado donde la polución excesiva ofrece ambientes cada vez más insalubres. Por último, los hábitos higiénicos son mejores y, pese a lo que se pueda pensar, la falta de bacterias y microbios hace que haya más riesgos de padecer una alergia.

Según el doctor Tomás Chivato, presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) «tenemos que cambiar las formas de vida porque estamos cambiando la calidad del aire y ocasionando que aparezcan nuevos pólenes que antes no existían». Además, como añade la doctora Victoria Cardona, miembro del Comité Científico del Congreso y responsable de la Sección de Alergología del Hospital Vall Hebrón de Barcelona, debido a todo ello «las alergias pueden aparecer a cualquier edad, hasta a partir de los 40 o 50 años, cosa que hace un tiempo era casi impensable».

¿Qué acciones se deben llevar a cabo?

Para el doctor Chivato, la solución está en mano de toda la ciudadanía. No obstante, los gobiernos son los primeros que deben actuar proponiendo medidas para reducir, por ejemplo, las emisiones de dióxido de carbono. Asimismo, afirma que se debería ser más estricto con el tabaco: «es inaceptable que muchas personas fumen delante de niños porque respirar el humo del tabaco es la primera causa de los problemas respiratorios en los menores».

Chivato también aconseja evitar que animales domésticos y personas compartan espacios privados (como las habitaciones para dormir u otro tipo de estancias), ventilar mejor las viviendas o, en el caso de las madres, aumentar el periodo de lactancia ya que se ha demostrado que disminuye el riesgo de que el pequeño padezca una alergia.

Detección precoz

Precisamente, lo mejor es detectar una alergia, lo antes posible para intentar conseguir un tratamiento efectivo. El problema es que muchas de las personas que padecen una alergia lo desconocen totalmente. Y es que, en ocasiones, se confunde una alergia con un simple resfriado y no se acude al especialista adecuado.

En el caso de los niños, tal y como apunta la doctora Cardona, padecen alergias relacionadas con la piel (pieles atópicas) o con la ingesta de determinados alimentos (por ejemplo, la fruta). Sin embargo, si el problema se descubre precozmente, la solución puede estar más cerca de lo que se piensa.

Por ejemplo, según el presidente del Comité Organizador del XXVII Congreso de la EAACI, a través de un proceso de desensibilización (inclusión controlada a la dieta del alimento que provoca la alergia), «en el 80 por ciento de los casos, y si los trata un alergólogo, los niños que no pueden ingerir productos que contienen la proteína de la leche acaban curándose cuando cumple los cuatro o cinco años».