28Sep. 04
Dadas las tendencias demográficas actuales, parece que el número de afectados de artritis va a crecer en las próximas décadas. Se prevé que para el 2020, el número de personas con artritis aumente aproximadamente un 50 por ciento. Algunos especialistas han apodado a la osteoartritis como "la enfermedad del siglo XXI". El mayor acceso a Internet y el incremento de la publicidad directa al consumidor en países como Estados Unidos, donde esta enfermedad afecta a unos 21 millones de habitantes, también afectará a los índices de diagnóstico, ya que las personas son cada vez más conscientes de esta enfermedad y solicitan ayuda médica con más frecuencia.
Dadas las tendencias demográficas actuales, parece que el número de afectados de artritis va a crecer en las próximas décadas. Se prevé que para el 2020, el número de personas con artritis aumente aproximadamente un 50 por ciento. Algunos especialistas han apodado a la osteoartritis como «la enfermedad del siglo XXI». El mayor acceso a Internet y el incremento de la publicidad directa al consumidor en países como Estados Unidos, donde esta enfermedad afecta a unos 21 millones de habitantes, también afectará a los índices de diagnóstico, ya que las personas son cada vez más conscientes de esta enfermedad y solicitan ayuda médica con más frecuencia.
La artrosis (conocida también como osteoartritis u OA), la forma más común de artritis, se da en mayor medida en personas de la tercera edad. A pesar de que todos los tejidos articulares, entre ellos los músculos, se ven afectados por el proceso de la artrosis los cambios principales son la pérdida focal del cartílago articular y el alargamiento de los huesos en los márgenes articulares. La artrosis es la causa principal de morbosidad, discapacidad y aislamiento social, en particular cuando afecta a la cadera y las rodillas. La prevalencia de la artrosis está estrechamente relacionada con la edad; el 50% de las personas mayores de 65 años muestran signos radiológicos de la enfermedad y la enfermedad afecta a más del 80% de la población mayor de 80 años.
La artrosis interfiere en la calidad de vida debido al dolor y la pérdida de movilidad
La artrosis es una enfermedad de lenta evolución. Varía de manera importante en términos de gravedad y presentación, desde la ausencia de síntomas a la discapacidad grave. Puede interferir en el modo de vida de los pacientes en dos sentidos: dolor y pérdida de funciones y movilidad. A pesar de que casi cualquier articulación puede verse afectada por la artrosis, esta dolencia se localiza principalmente en las articulaciones de la mano, las rodillas, la cadera y las pequeñas articulaciones de la columna. Entre sus síntomas se incluyen el desarrollo gradual de dolor en las rodillas, entumecimiento y limitación de los movimientos. Una reciente encuesta entre pacientes con osteoartritis seleccionados en Gran Bretaña reveló que más del 80% de estos padecían dolor constante.
El origen de la artrosis es multifactorial, con causas medioambientales y factores genéticos
La artrosis es una compleja enfermedad común que puede ser el resultado de numerosos factores de riesgo genéticos, medioambientales y determinados por el estilo de vida. Éstos pueden estar relacionados con la constitución general de la persona y con su situación, como puede ser el envejecimiento, ser mujer, tener una alta densidad ósea o padecer sobrepeso. De modo alternativo, puede ser el resultado de factores biomecánicos más concretos como daños articulares, transporte habitual de cargas pesadas en el trabajo, formación o alineación articular inadecuada desde el nacimiento. A pesar de que se desconocen los mecanismos genéticos, hay una gran susceptibilidad genética a padecer artrosis en la cadera, rodillas y manos, así como tendencia a desarrollar artrosis en múltiples articulaciones (osteoartritis múltiple). Los cambios bioquímicos y estructurales en las articulaciones difieren entre el envejecimiento normal y la artrosis. Por ese motivo, al hablar de esta enfermedad no nos estamos refiriendo a una dolencia estrictamente característica del envejecimiento. Simplemente es más común en las personas mayores porque los mecanismos implicados necesitan mucho tiempo para desarrollar la etapa en la que aparecen los signos clínicos. La razón de la distribución característica de la artrosis se desconoce, pero puede estar asociada a nuestra evolución más reciente, en la que ha sido necesario que algunas articulaciones (manos, cadera, rodillas, cuello y espalda) sufran importantes cambios. Puede que estas articulaciones aún no se hayan adaptado a los nuevos requisitos funcionales haciendo que «fallen» mecánicamente de manera más fácil que otras articulaciones completamente adaptadas.
Uno de cada dos enfermos de artrosis dolorosa no manifiesta signos de inflamación
El porqué duelen las articulaciones en algunas personas aún no está claro. El dolor provocado por la artrosis puede tener su origen en el hueso subcondral, debido al engrosamiento y la distensión de la cápsula y el revestimiento articular; también puede derivar de problemas periarticulares secundarios, como la bursitis o la tensión de los ligamentos. De todos modos, en muchos casos la localización del dolor no está clara. El modo en que se procesa el dolor puede ser también importante y está claro que éste y la discapacidad padecidos con la artrosis están tan relacionados con factores psicológicos, si no más, como con la propia gravedad de la enfermedad. A pesar de que los últimos estudios indican que los episodios de dolor pueden estar relacionados con reacciones inflamatorias, el grado de inflamación en la artrosis es muy ligero y cuando se manifiesta es secundario al proceso de la enfermedad, no un factor desencadenante. En un estudio reciente la mayoría de los pacientes con artrosis de rodilla dolorosa no mostraba signos objetivos de inflamación mediante diagnóstico con ecografía. Por lo tanto, el objetivo terapéutico para estos pacientes es el tratamiento del dolor en lugar de la inflamación. Cada pariente necesita ser aconsejado de manera individual, que se identifiquen y traten sus factores de riesgo (por ejemplo la obesidad, debilidad muscular, factores mecánicos locales adversos) y que su dolor se trate de manera holística.
Artrosis de cadera: una gran prevalencia con diversos factores de riesgo
Tras las rodillas, la cadera es la segunda articulación más afectada por esta enfermedad. La prevalencia de la artrosis de cadera, se sitúa entre el 3 y el 11% de la población occidental por encima de los 35 años. Entre los factores de riesgo conocidos están el envejecimiento, la alta densidad ósea, enfermedades de cadera en la infancia o predisposición familiar. Los factores raciales son claramente importantes. La artrosis de cadera tiene una menor prevalencia en China y Japón que en Estados Unidos y Europa, y hay una menor prevalencia en la población negra de América. A pesar de que en general la artrosis de cadera es más corriente y grave en las mujeres, la cadera es la única localización de la enfermedad en la que la distribución por sexos está más igualada. La artrosis de cadera está más presente en hombres jóvenes, pero es más prevalente aún entre las mujeres de edad avanzada. Parece ser que la incidencia de esta enfermedad está asociada en gran parte, con determinadas ocupaciones, especialmente la agricultura, y también con algunos deportes. La enfermedad puede prevenirse hasta cierto punto mediante la reducción de los factores de riesgo. Aunque la obesidad no es un factor de riesgo determinante para la artrosis de cadera, al contrario de lo que sucede en la de rodilla, las conclusiones de un estudio norteamericano publicado en 2001 sugieren que un alto porcentaje de pacientes con osteoartritis de cadera avanzada tienen sobrepeso, incluyendo a los adultos más jóvenes y aquellos con una duración de entre tres y seis meses de duración en los síntomas.
La OA de cadera y rodilla es tan frecuente que todos los médicos, especialmente los médicos generales, ya que los enfermos acuden a ellos en primer lugar, deberían estar preparados para participar en el cuidado de este importante grupo de pacientes.
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