Casi el 80 por ciento de los pacientes se muestra satisfecho con el tratamiento del dolor postoperatorio

Un estudio sobre dolor postquirúrgico de la Sociedad Española del Dolor (SED) y Boehringer Ingelheim ha revelado que un 24 por ciento de los encuestados consideran que el tratamiento recibido ha sido muy bueno, un 55 por ciento lo califican como bueno, un 15 por ciento regular, un 4,5 por ciento malo y un 0,9 por ciento muy malo.

El español que se somete a una intervención quirúrgica sigue teniendo dolor, por la no existencia en la mayoría de hospitales públicos españoles de unidades de tratamiento del dolor agudo», señala el doctor Manuel Rodríguez, presidente de la SED. Este tipo de pacientes recibe un mejor tratamiento para su dolor «cuando están en la sala de reanimación y bajo la tutela de los servicios de Anestesiología», mientras que cuando son trasladados a planta «la analgesia postoperatoria empieza a decaer». Por esta razón, lo ideal sería que el paciente «siga dependiendo de los servicios de Anestesiología» y sea enviado a unidades de dolor agudo controladas por estos profesionales. De acuerdo con los resultados de la encuesta, este equipo se ocupa del tratamiento del dolor en la mayoría de los casos en las primeras horas después de la intervención, pero en los días posteriores abandona esta labor paulatinamente (un 48 por ciento tras 24 horas y un 30 por ciento tras 48 horas).

Según este estudio, «al despertar el 61 por ciento de los pacientes presentaba dolor, al cabo de una hora lo presentaba un 68 por ciento» y en las primeras doce horas todos los pacientes sufrían dolor, indica el doctor Alberto Camba, secretario general de la SED. Sin embargo, un 39,1 por ciento de los pacientes creía que iba a padecer un dolor mayor al que finalmente padeció, otro 37 por ciento sufrió un dolor igual al que esperaba y el 23,9 por ciento pensaba que el dolor iba a ser menor.

Respecto a la actitud de los enfermos antes de la intervención, un 35 por ciento se mostraba tranquilo y relajado, pero un 44,9 por ciento estaba nervioso, un 14,9 angustiado y un 5 por ciento sentía miedo o pánico. Ante estos datos, el doctor Carlos Barutell, presidente electo de la SED, recomienda «que empiecen a tomar medicación mucho antes de la operación».

La calidad del sueño también se ve afectada por el dolor, ya que un 48,9 por ciento de los enfermos duerme mal en la primera noche, un 42,7 la segunda y un 31 por ciento la tercera. Asimismo, un 28 por ciento se despertó a causa del dolor en la primera noche, pero en las sucesivas el porcentaje fue descendiendo progresivamente.

Los efectos secundarios del tratamiento varían en función del tipo de cirugía, pero fundamentalmente son la somnolencia, las náuseas y los vómitos.

Medicación contra el dolor

El analgésico que suele administrarse a los pacientes mayoritariamente es el metamizol (un antiinflamatorio no esteroideo), que recibe el 44,3 por ciento de ellos al despertar y dos días después de la operación el 73,4 por ciento. En cambio, en los opiáceos «va disminuyendo su utilización al cabo del tiempo», indica el doctor Camba. Por su parte, el doctor Barutell considera que «los pacientes reciben dosis muy bajas de opioides que nos les hacen efecto», debido a la existencia de «una serie de mitos que se han desarrollado en nuestro país pero que todavía no están resueltos del todo». En su opinión, es necesario mejorar la analgesia postoperatoria para ajustar la dosis al tipo de administración y al horario.