La cefalea en racimos o cefalea cluster es un tipo muy doloroso de dolor de cabeza. No se sabe el porqué, pero se da sobre todo en varones de entre 20 y 40 años y el dolor puede provenir de diversas fuentes, una de ellas el estrés.
El nombre de esta clase de cefaleas proviene del tipo de dolor que produce: aparece en racimos o grupos y una serie puede durar semanas o meses. Las crisis se producen desde ocho veces al día hasta una vez cada dos días, y los que las sufren pueden tener periodos de remisión de hasta dos años.
Las causas de la aparición de este tipo de cefalea son diversas. Un cambio brusco del ritmo de vida, un alto nivel de estrés o una mala dieta pueden ser algunos de sus desencadenantes. El entorno o la conducta de cada persona puede contribuir a la aparición de este tipo de cefalea. La luz brillante, los sonidos fuertes, los cambios meteorológicos, incluso la falta de sueño o la variación en los hábitos alimentarios puede alterar el organismo y dar lugar a estas cefaleas. Otros factores que pueden favorecer la aparición de estos fuertes dolores de cabeza pueden ser el estrés y la ingestión de algunos alimentos que, por su composición, favorecen su desencademamiento, siempre en personas propensas a padecerlas. Las bebidas con cafeína, el chocolate, el queso, los cítricos y el alcohol son algunos ejemplos.
La cefalea en racimos, o en acúmulos, se manifiesta como una crisis en la zona fronto-orbitaria de la cabeza (frente y área de la cuenca ocular) que se hace extensivo a la zona de la nariz. El lagrimeo, la congestión nasal o dilatación de la pupila también son síntomas que pueden aparecer paralelos a los dolores de cabeza y las crisis pueden presentarse en diferentes intervalos, que pueden variar de ser entre diez y quince minutos hasta cuatro horas.
A medida que el período del racimo se va estabilizando, la hora en que golpea el ataque es a menudo predecible. Uno de los momentos más comunes en que se producen los ataques es poco después de ir a dormir (unos 90 minutos aproximadamente) y es por ello que la persona es reacia a irse a la cama por el temor que le produce despertarse con dolor, lo que provoca insomnio y por lo tanto agrava la situación general.
La cefalea en racimos puede ser de carácter episódico o crónico, pero en ambos casos requiere una estrategia de tratamiento a largo plazo que incluye una adecuada educación de hábitos que mejoran la calidad de vida de quién padece este trastorno.
¿Cómo reconocer que se padece cefalea en racimos?
– Aparición de dolor de cabeza unilateral intenso.
– Crisis de dolor que oscilan de 15 minutos a tres horas de duración de manera más o menos regular.
– Dolor en la zona alrededor del ojo y hueso temporal, que puede irradiarse a otras zonas de la cabeza.
– Hinchazón de párpados, lagrimeo, sudoración facial y congestión nasal.
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