Congreso de la SEGO: La Doxorubicina Liposomal Pegilada es siete veces menos tóxica que la tradicional y conlleva menos efectos secundarios

Una de las principales ponencias del reciente Congreso de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia celebrado en Valladolid fue la del doctor Stephen Johnston, oncólogo del Royal Marsden Hospital and Institute of Cancer Research de Londres, sobre la eficacia y seguridad de la Doxorubicina Liposomal Pegilada (DLP) frente a la doxorubicina tradicional en el tratamiento del cáncer de mama.

La Doxuribicina Liposomal Pegilada es una nueva formulación de este medicamento administrada con una nueva cubierta protectora que dificulta que el fármaco atraviese la pared vascular y sea destruido por las células del sistema inmune, lo que permite que mayores cantidades lleguen al lecho tumoral, con una menor toxicidad y menos efectos secundarios.

El doctor Johnston comentó a MedicinaTV que el nuevo fármaco «se ha comparado en diferentes estudios con el convencional, demostrando que tiene la misma eficacia con una menor cardiotoxicidad, principal problema del fármaco ahora utilizado». Según un estudio multicéntrico internacional en fase III que su equipo ha llevado a cabo y que fue presentado en el último congreso anual de la Sociedad Americana de Oncología, «DLP reduce siete veces la toxicidad cardíaca y además produce menos efectos secundarios como caída del cabello, náuseas, anemia y fatiga, lo que mejora considerablemente la calidad de vida de estos pacientes». Por todo ello «la disposición liposomal pegilada es la mejor indicación terapéutica», defiende este especialista.

El doctor Francisco Javier Marina, de la sección de Ginecología oncológica de la SEGO y jefe de Ginecología oncológica del hospital Río Ortega de Valladolid se muestra de acuerdo y destaca que «las ventajas son claras, al estar incluida en una cápsula especial, el cuerpo no la reconoce y no la ataca, circulando libremente y alcanzando una mayor dosis en el lecho tumoral».

El pequeño diámetro del liposoma pegilado (85 nm), permite atravesar los poros del tejido tumoral y acumularse selectivamente en él, reduciendo la toxicidad cardiovascular y hematológica. Según los resultados presentados por Johnston, la DLP administrada en dosis de 500-550 mg/m2, respecto a la doxorubicina convencional es siete veces menos cardiotóxica en pacientes que han recibido antraciclinas previas. En el resto de pacientes, el riesgo de desarrollar un accidente cardiovascular a estas dosis es del 11% frente al 40% con la doxorubicina tradicional, aún en las pacientes con mayor riesgo (mayores de 55 años, tratamiento con antraciclinas previas y presencia de cardiopatías previas).

Asimismo, la DLP ha demostrado ser un tratamiento eficaz con un menor índice de efectos secundarios como la alopecia (20% de casos frente a 66% con doxorubicina tradicional), náuseas (37% frente al 53%), vómitos (19% frente a 31%) y anemia/neutropenia (7% frente a 11%).

Sobre la experiencia en España con DLP, el doctor Marina de la SEGO añade que actualmente en nuestro país «se está empleando en segunda línea frente al cáncer de ovario y en el próximo mes de enero quizás tenga la aprobación para mama», para lo que su sección de ginecología oncológica «está trabajando en diferentes ensayos prospectivos», avanza.

Otras novedades del congreso de la SEGO

El doctor Francisco Javier Marina aprovecha para destacarnos algunas de las novedades presentadas en el congreso, «primero la inclusión de un anticuerpo monoclonal para el cáncer de ovario, que es el que tiene peor comportamiento y más índice de mortalidad de los cánceres ginecológicos, aunque no es tan frecuente como el de mama».

Por otra parte, este especialista destaca «la puesta al día sobre la inclusión de tratamientos del cáncer de mama inhibidores de la angiogénesis, con productos que atacan al tumor desde otros frentes», además de «los tratamientos hormonales en neoadyuvancia, antes de fijar el tumor» y por último la prometedora «quimioprevención del cáncer de mama con novedosos tratamientos hormonales».