Conocer mejor la hepatitis C ayudaría a evitar que muchos pacientes tengan que ser transplantados

Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Hepatitis C, médicos y enfermos han querido hacer hincapié en el alto grado de desconocimiento de la enfermedad y sus vías de transmisión entre la población española.

La hepatitis C es una enfermedad que, según los últimos cálculos de los especialistas, afecta a alrededor de 900.000 españoles, de los que más de tres cuartas partes no están diagnosticados. A pesar de su elevada incidencia, gran parte de la población desconoce que es una enfermedad fácilmente detectable y que, en un porcentaje elevado de los casos, se puede curar.

Asimismo, la falta de información hace que los pacientes se enfrenten a una estigmatización porque la sociedad no es consciente de las vías del contagio.

Acabar con el infradiagnóstico de la enfermedad y conseguir que los pacientes estén completamente integrados en la sociedad es uno de los principales objetivos de la Asociación Española de Enfermos de Hepatitis C.

Contando con el aval de la Organización Mundial de la Salud se ha celebrado recientemente el Día Mundial de la Hepatitis con el objetivo de incrementar la concienciación sobre las hepatitis víricas.

Con motivo de la celebración de este Día Mundial varias asociaciones de pacientes de todo el mundo se reunieron días antes con la OMS y la EASL (European Asociation for the Study of the Liver) en Dinamarca. El encuentro contó con la presencia de Bob Geldof, músico y defensor de los derechos humanos quien hizo un llamamiento internacional instando a los gobiernos de todo el mundo a tomar medidas inmediatas para evitar una epidemia global de hepatitis C, ya que actualmente afecta a 180 millones de personas. «A no ser que la gente sea conciente de los riesgos asociados con la hepatitis, será imposible impedir la propagacion de esta enfermedad silenciosa», dijo el conocido músico. «Esto es un problema verdaderamente global que necesita un enfoque global», afirmó.

Además, según nuevos datos de la OMS y la Asociación Europea de Pacientes Hepáticos (ELPA), el conocimiento que tiene el público sobre esta enfermedad es muy bajo y también destacan que existen diferencias entre los países de Europa en cuestiones de diagnóstico y tratamiento.

Hepatitis C y transplante de hígado

La hepatitis C crónica provoca casi la mitad de las cirrosis hepáticas y constituye la primera causa de trasplante de hígado. En opinión del Xavier Forns, especialista del Hospital Clinic de Barcelona «alrededor del 20 por ciento de pacientes con hepatitis C crónica desarrolla cirrosis, de los que una proporción significativa van a precisar un trasplante hepático antes de los 10 años del desarrollo de la misma para sobrevivir».

Según Carlos Sanz, presidente de la Federación Nacional de Enfermos y Transplantados Hepáticos (FNETH), «precisamente, el objetivo principal de la Federación es trabajar con las personas que tienen hepatitis C para informarles sobre el tratamiento y concienciarles sobre la importancia del mismo». Con ello, no sólo se evitarían muchos trasplantes, sino también supondría una disminución de las listas de espera para éstos y un ahorro muy importante para el Sistema Nacional de Salud», añade.

En este sentido, Carlos Sanz hace hincapié en que muchos pacientes no tienen suficiente información sobre el tratamiento: «muchas personas con hepatitis C desconocen que el tratamiento te puede evitar el trasplante e incluso, por desconocimiento, tienen miedo a tratarse».

En relación a la importancia de la información, Antonio Bernal, coordinador de las Asociaciones de Enfermos y Transplantados Hepáticos de Cataluña, añade que «hablando de hepatitis C también conseguimos concienciar a la población general sobre la importancia de conocer las vías de contagio del virus para evitarlas». «Así, en el caso de los jóvenes, es habitual la realización de tatuajes y piercing en lugares que no cumplen con las medidas de higiene y sanidad debidas y en los que el contagio del virus de la hepatitis C puede ser frecuente», precisa.

Tratamiento antes y después del trasplante

En los últimos años, se han comprobado los beneficios de que los pacientes sean tratados del virus de la hepatitis C antes y después del trasplante del hígado con una terapia estándar basada en la combinación de peginterferón y ribavirina para evitar la reaparición del virus y prevenir el daño hepático. Según el doctor Forns, «cuando un paciente ya ha sido incluido en la lista de espera para trasplante, es importante que, si cumple los criterios de tratamiento, reciba terapia contra la hepatitis C, de forma que se consiga erradicar o al menos disminuir la carga del virus lo más posible antes de trasplantar». «Con ello -añade este experto- conseguimos que el injerto hepático no se reinfecte si se ha conseguido erradicar el virus».

Igualmente, este experto comenta los beneficios de aplicar el tratamiento contra el virus de la hepatitis C tras el trasplante: «la reinfección de injerto tras el trasplante es la regla y el 30 por ciento de los pacientes con virus de la hepatitis C y cirrosis que son trasplantados de hígado desarrolla entre tres y cinco años una cirrosis. Sin embargo, tratar a los pacientes tras el trasplante hepático disminuye la probabilidad de evolución a cirrosis y de tener que volver a trasplantar al paciente».

En este sentido, se acaba de poner en marcha un estudio multicéntrico en Estados Unidos con el fin de evaluar la eficacia de la terapia combinada de peginterferón alfa-2b y ribavirina en pacientes trasplantados de hígado con infección recurrente del virus de la hepatitis C. Este estudio, denominado PROTECT, incluirá a 125 pacientes con virus de la hepatitis C.