Contaminación y embarazo

18Ene. 02

Respirar altos niveles de ozono y monóxido de carbono durante la gestación puede provocar malformaciones en el paladar, en los labios y en las válvulas del corazón de los niños, según un estudio norteamericano. Este riesgo sería mayor durante el segundo mes de embarazo.

Diversos estudios han relacionado la contaminación que pueden respirar las embarazadas con un bajo peso del bebé al nacer, parto prematuro e incluso con el síndrome de la muerte súbita del lactante. Pero ahora, por primera vez, un estudio ha documentado que respirar altos niveles de ozono y monóxido de carbono puede provocar serias malformaciones faciales y cardíacas.

El trabajo ha sido dirigido por la epidemióloga Beate Ritz de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) y concluye que las madres que respiran altos niveles de estos contaminantes tienen el triple de posibilidades de que sus bebés tengan defectos en la boca, como fisura palatina y labio leporino; y defectos cardíacos como defectos del septo ventricular, de la arteria aorta, defectos valvulares y de la arteria pulmonar.

Para llegar a esta conclusión, el equipo de la UCLA hizo un seguimiento de miles de embarazadas del área de Los Ángeles entre los años 1987 y 1993, comparando aquellas que vivían en áreas con contaminación con las mujeres que residían en áreas con aire limpio. Según los investigadores, la etapa del embarazo en que la exposición a estos gases es más perjudicial es durante el segundo mes, momento en el que el feto desarrolla muchos de sus principales órganos y su estructura facial.

Los autores acaban su estudio pidiendo una revisión de los niveles permitidos de agentes contaminantes y una mayor investigación para determinar qué elementos contaminantes presentes en el aire son los más dañinos y en qué etapa del embarazo son más perjudiciales.

El mismo equipo de la UCLA ya había publicado el año pasado un estudio en el que relacionaba la inhalación de gases contaminantes durante el embarazo con un bajo peso al nacer, tras estudiar los certificados de nacimiento del mismo área de Los Angeles durante el mismo periodo (1989-93) y los registros de ozono y monóxido de carbono. Según este estudio anterior, la exposición a altos niveles de monóxido de carbono durante el último trimestre de embarazo está asociada también a un incremento significativo del riesgo de bajo peso en el momento de nacer.

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