La obesidad es una enfermedad cara. La epidemia del s. XXI en los países desarrollados, como muchos la consideran ya, representa grandes costes para el sistema sanitario de los países desarrollados.
En España el impacto económico anual de la obesidad se estima en 341.000 millones de pesetas (el 6,9 por ciento del coste sanitario total), según el último estudio realizado por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). De esta cifra, hay que señalar que el coste directo (visitas médicas, utilización de medios diagnósticos, fármacos, hospitalización o rehabilitación, entre otros) de la obesidad es de más de 84.000 millones de pesetas, mientras que los costes indirectos (derivados a la incapacidad laboral o la mortalidad prematura y que generan una pérdida de productividad) son de más de 257.000 millones de pesetas. Por otro lado, también hay que tener en cuenta otro tipo de costes, más difíciles de valorar como son los riesgos para nuestra salud, tanto física como mental.
En los países desarrollados la obesidad es un problema creciente. En EEUU, uno de cada tres adultos presenta exceso de peso. Además, según estudios recientes, por primera vez el número de personas obesas en el mundo ha superado al de hambrientas.
¿Qué es la obesidad?
La obesidad refleja un desequilibrio entre la ingesta energética y el gasto calórico. Los cambios producidos en la dieta en los países desarrollados en las últimas décadas, junto con un estilo de vida sedentario, han contribuido al origen del problema. El sobrepeso y la obesidad constituyen actualmente un importante problema de Salud Pública en las sociedades desarrolladas. La obesidad se puede definir como una acumulación excesiva de grasa corporal que se traduce en aumento de peso, aunque no todo aumento de peso se debe al incremento del tejido adiposo. Desde la perspectiva de la Salud Pública, hay que considerar la relación que existe entre la composición corporal-adiposidad y la mortalidad a largo plazo para poder establecer el concepto de «peso saludable». Se reconoció como «peso ideal» el peso asociado a una menor mortalidad.
Existen diferentes métodos para medir la grasa corporal. El Indice de Masa Corporal (IMC) es uno de los indicadores recomendados para realizar esta clasificación. La clasificación propuesta por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) tipifica como obesidad de grado I (sobrepeso) los sujetos con un IMC entre 27 y 29,9; obesidad grado II los valores comprendidos entre 30 y 34,9; obesidad grado III para los situados entre 35 y 39,9 y obesidad grado IV (mórbida) para valores iguales o superiores a 40.
La obesidad está asociada a muchas enfermedades crónicas e incluso puede contribuir al agravamiento de otras. Así, la obesidad es un factor de riesgo en enfermedades cardiovasculares, diabetes, síndrome de las apneas del sueño y algunos tipos de cáncer. En relación con la diabetes, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) recuerda que más del 75 por ciento de los diabéticos son obesos. Martín López de la Torre, experto endocrinólogo del Hospital Virgen de las Nieves de Granada, explica que «el aumento de peso exige al organismo una secreción mayor de insulina, que no todos los individuos son capaces de suministrar. Después de un período de mayor producción de insulina llamado «hiperinsulinismo», el páncreas va agotando sus reservas y acaba por no poder suministrar todo lo que el organismo obeso necesitaría, apareciendo entonces la diabetes mellitus».
En el caso de que el paciente ya sea diabético por otras causas, la obesidad puede agravar su enfermedad. La SEEN recomienda una moderada pérdida de peso, entre los 5 y los 7 kilos, para disminuir los riesgos de diversas patologías, como la hipertensión, las elevadas tasas de colesterol, la arteriosclerosis o los infartos de miocardio.
Obesidad: tendencias para el año 2005
Actualmente la obesidad es considerada uno de los problemas sociosanitarios más importantes de los países desarrollados, no tan sólo por su alta incidencia en otras patologías sino por su tendencia a incrementar. El estudio «Prevalencia de la Obesidad en España», realizado por la SEEDO en 1997, establece una tipificación de la población española según el Indice de Masa Corporal.
Tipificación| IMC
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Bajopeso| IMC<20
Normopeso| IMC 20-24,9
Normopeso| IMC 25-26,9
Obesidad grado I (Sobrepeso)| IMC 27-29,9
Obesidad grado II, III y Mórbido| IMC>30
Según los expertos que han realizado el estudio del «Libro Blanco», estas cifras aumentarán en España. Así, hacia el año 2005, se situará entre un 20-25 % la población con obesidad de grado I (IMC=27-29,9) y por encima de un IMC de 30 se situarán entre el 14 y el 19 % de la población.
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