Depresión en el anciano

El aumento de la longevidad en los países desarrollados está poniendo de manifiesto una patología hasta hace poco subestimada, la depresión en el anciano, que con frecuencia es confundida con demencias o tratada superficialmente al ser considerada como propia de la edad.

El problema de la depresión en el anciano continua siendo su diagnóstico diferencial. La prevalencia en España es similar a la de los países del entorno, con una tasa del 3-4 por ciento y un índice de morbilidad a lo largo de la vida de un cinco por ciento. Aunque estos datos se conocen y se han puesto de manifiesto una vez más durante el VI Simposio Internacional de Avances en Psiquiatría, estos pacientes continúan sin ser debidamente tratados al confundirse los síntomas de la depresión con los de demencia u otros trastornos asociados a la edad.

En relación al diagnóstico diferencial, el doctor José Luis Ayuso, catedrático de psiquiatría y jefe de departamento en el Hospital Clínico de Madrid, opina que «lo que ocurre es que en el anciano, además de la depresión estricta, se dan otros síntomas que aunque no obedezcan a un diagnóstico diferencial de depresión, sí tienen incidencia clínica importante y afectan a su calidad de vida».

Falta detección precoz

La creencia popular de que la tristeza o el desánimo son inherentes a la edad han perjudicado gravemente la detección precoz de esta enfermedad. Los médicos de familia, incluso, demandan más conocimiento sobre el tema y seguimiento cercano del paciente, ya que habitualmente el cuadro depresivo se confunde con la demencia por presentar síntomas iniciales similares.

La Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFYC) ha recomendado por ello a los médicos de Atención Primaria que, en el diagnóstico de estos pacientes, no se limiten a la elaboración del GDS (Escala de Depresión Geriátrica de Yesavage), sino que realicen un diagnóstico integral, basado en la anamnesis del médico y las pruebas complementarias precisas, incluyendo neuroimagen si así lo requiere el caso.

Asimismo, los médicos geriatras y los psiquiatras reclaman mayor especialización de ambas ciencias médicas, a fin de participar ambos en el diagnóstico y correcto tratamiento de estos pacientes. La importancia de los cambios sustanciales que se producen según en que momento de la vida -como es el caso de la jubilación o la viudedad- son factores a tener en cuenta en el anciano deprimido que necesita, al igual que ocurre con la depresión que se presenta en cualquier otro momento, del apoyo de su entorno familiar y social.