23Jun. 06
Los síntomas depresivos están presente en ocho de cada diez pacientes con Parkinson, aunque casi la mitad de ellos "nunca" o "rara vez" se lo comunican al especialista, según un estudio que acaba de presentar la European Parkinson"s Disease Association (EPDA). Los geriatras y neurólogos de Francia, Alemania, Italia, España y del Reino Unido que han participado en el estudio defienden que la mejora de la calidad de vida del afectado depende de una mejor comunicación médico-paciente de estos de síntomas no-motores.
La Enfermedad del Parkinson (EP) afecta a cuatro millones de personas en todo el mundo, según datos de la EPDA. Los temblores rítmicos en las manos y brazos, la rigidez muscular, las dificultades para caminar y las limitaciones cognitivas son los síntomas más conocidos. Sin embargo, además de los problemas motores, el Parkinson implica otros síntomas que también perjudican en gran medida la calidad de vida de los pacientes. Comenzando por la depresión, el más frecuente, hace mella en más del 80 por ciento de los pacientes, como acaba de demostrar el estudio pan-europeo denominado La cara oculta de la enfermedad del Parkinson , promovido por la EPDA y los laboratorios Boehringer Ingelheim. En esta investigación han participado 500 pacientes de Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y España, y neurólogos y geriatras de estos cinco países europeos.
«Los síntomas depresivos que implican estados de desesperanza, dificultad para tomar decisiones y desánimo, entre otros, son casi tan frecuentes como la bradiquinesia en los pacientes con EP», ha destacado el doctor Richard Millard, del Hospital Harris International, durante la presentación del estudio en Ámsterdam (Holanda). Sin embargo, «casi la mitad de ellos, según el estudio de la EPDA, «nunca» o «rara vez» ponen en conocimiento del médico estos síntomas», lamenta este especialista. A la hora de analizar el porqué, el doctor Millard destaca que»cuatro de cada diez pacientes cree que los síntomas depresivos no son tan importantes como los motores», cuando «ambos -depresión y bradiquinesia- tienen un gran impacto en la calidad de vida de los pacientes», añade.
Frente a los resultados del estudio promovido por la EPDA, «es una responsabilidad de toda la sociedad el educar al paciente para comunicar sus sentimientos y formar al especialista para potenciar una relación más estrecha», defiende el doctor Millard.
Tratamiento de los síntomas depresivos
Las conclusiones de un reciente estudio publicado en Journal of Neurology sugieren que los antagonistas de la dopamina, como el Pramipexole (actualmente utilizado para tratar los síntomas motores), podrían ser una opción para tratar los síntomas depresivos en los pacientes con EP.
Sin embargo, los especialistas reunidos en Ámsterdam se plantean si «una mejoría en los temblores rítmicos y rigidez corporal, atribuible a este fármaco es la causa de una mejoría de los estados depresivos del paciente asociados a la EP; o si, el medicamento per se tiene esos efectos positivos en el ánimo de la persona», analiza el doctor Paolo Barone, profesor de Neurología de la Universidad de Nápoles (Italia).
A la espera de datos concluyentes, que aclaren esta duda, Mary Baker, presidenta de la EPDA, destaca la importancia de «romper barreras para que el paciente pueda expresar sus estados de ánimo al especialista y que la sociedad incluya estos síntomas no motores como prioridad a la hora de tratar la enfermedad del Parkinson». Así mismo, «es fundamental que los especialistas y los cuidadores del paciente estén en alerta para percibir estos estados emocionales; se trata de que la depresión puede dejar de ser la cara más oculta del Parkinson», concluye la presidenta de la EPDA.
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