Las asociaciones de mujeres enfermas de cáncer de mama se unen para formar una federación de carácter nacional donde poder reivindicar mayor atención sanitaria, más información sobre nuevos tratamientos y una asistencia psicológica estandarizada. Una de sus principales solicitudes es la realización de campañas de prevención que permitan aumentar el diagnóstico precoz.
Según las representantes de las asociaciones locales de enfermas, uno de los problemas principales con los que se encuentran es que los tratamientos no son iguales en todos sitios, ya que dependen de la localización y del tipo de profesionales que se le asignen. «Los tratamientos dependen mucho de la ciudad del enfermo y del hospital que le toque. Además dentro de un mismo hospital hay diferentes tratamientos en función de los equipos. Los ginecólogos tratan a las pacientes como si estuviéramos en los años 20 y los cirujanos de las Unidades de Mama como en el 98. No hay una homogeneización en los tratamientos y la mujer depende de la suerte que tenga de caer en un equipo u otro», asegura María José Aybar.
Ante la diversidad de tratamientos aplicados, las enfermas consideran como algo básico que los oncólogos sean responsables de informar a sus pacientes de tratamientos alternativos o ensayos clínicos que puedan interesarles. Para ello la doctora Ana Lluch, del Servicio de Oncología del Hospital Clínico Universitario de Valencia, considera esencial la incorporación de «profesionales implicados en las asociaciones de enfermos que den un apoyo real y a la vez a informen a las pacientes de las alternativas terapéuticas de las que se dispone». María Granados, presidenta de la nueva Federación, reivindica que «el médico tiene el deber de informar a la paciente de las posibilidades de someterse a un tratamiento nuevo y no al estándar, dependiendo de sus características. Hasta ahora las mujeres no tenemos conocimiento de esos ensayos clínicos».
En el 80% de los hospitales españoles existen ya Comités de Tumores en donde se decide el tipo de tratamiento a aplicar a cada enferma. «Hay que tener la ética suficiente en los hospitales para que si no se tiene la posibilidad de hacer el mejor tratamiento a una paciente, se le indique dónde pueden hacerle el adecuado. La mujer debe tener la posibilidad de elegir», apunta la oncóloga Ana Llunch.
Acceso a la reconstrucción de la mama
La mastectomía es probablemente uno de los aspectos más delicados a los que se tiene que enfrentar una paciente con cáncer de mama. La retirada de la mama tiene connotaciones muy negativas para las enfermas. Tras la operación, la mujer se siente agredida en su físico y necesita múltiples apoyos psicológicos.
La reconstrucción de la mama puede ayudar a muchas mujeres a superar esas secuelas psicológicas puesto que pueden recuperar su integridad física, sin embargo las asociaciones de pacientes afirman que esta operación no es subvencionada por la seguridad social. «En algunas comunidades como Madrid no se subvenciona todavía la parte de la recontrucción de la mama. Esta operación es algo a lo que la mujer tiene derecho y por lo que vamos a luchar. La mujer no se hace esta operación por puro capricho, ella tiene todo el derecho a recuperar su integridad física» apunta María Granados. La nueva presidenta de la Federación asegura que la reconstrucción del pecho, además de influir en la salud psicológica de la paciente, afecta a la física, teniendo en cuenta que se produce un reparto desigual de peso en la columna vertebral. La Federación tiene entre sus objetivos principales luchar por coordinar todos los equipos de manera multidisciplinar (cirujanos, oncólogos, ginecólogos,…) y diseñar una normativa unificada de tratamiento.
Por otro lado, intentarán también potenciar la educación sanitaria de las mujeres españolas. Las reivindicaciones principales de la Federación se centran en conseguir una mayor educación para que desde edades tempranas la mujer se familiarice con este problema y tenga una mayor formación e información respecto a la enfermedad. «Nuestra idea es que se creen asignaturas específicas tanto en la universidad como durante los años de bachiller que permitan a la mujer tener conciencia de lo que es un cáncer de mama», afirma la presidenta de la Federación, María Granados.
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